jueves, 28 de agosto de 2008

PREHISTORIA

El término prehistoria designa el periodo de tiempo transcurrido desde la aparición del primer ser humano hasta la invención de la escritura, hace más de 5.000 años o, según otros autores, la aparición del estado. — Es importante señalar que según las nuevas interpretaciones de la ciencia histórica, la prehistoria es un término carente de real significancia en el sentido que fue entendido por generaciones. Si se considera a la Historia, tomando la definición de Marc Bloch, como el acontecer humano en el tiempo, todo es Historia existiendo el ser humano, y la prehistoria podría, forzadamente, sólo entenderse como el estudio de la vida de los seres antes de la aparición del primer homínido en la tierra— .
Desde el punto de vista cronológico, sus límites están lejos de ser claros, pues ni la aparición del ser humano ni la invención de la escritura tienen lugar al mismo tiempo en todas las zonas del planeta.
Por otra parte, hay quienes defienden una definición de esta fase o, al menos, su separación de la Historia Antigua, en virtud de criterios económicos y sociales en lugar de cronológicos, pues éstos son más particularizadores (es decir, más ideográficos) y aquéllos, más generalizadores y por tanto, más susceptibles de proporcionar una visión científica.
En ese sentido, el fin de la Prehistoria y el inicio de la Historia lo marcaría una estructuración creciente de la sociedad (modificación del hábitat, aglomeración, socialización avanzada, jerarquización, poder administrativo, economía avanzada, moneda, intercambios comerciales —especialmente los de larga distancia—, etc.).

Los principios de la Prehistoria

Ya que el inicio de la Prehistoria lo marca la aparición del ser humano, no es posible aplicar la misma fecha en todo el mundo:
En África es de unos dos millones seiscientos mil años
En el Medio occidente es algo menos de un millón ochocientos mil años,
aproximadamente.
En Asia y en Europa oscila en torno al millón de años de antigüedad
En el resto del mundo estaría por debajo de los 50,000 años de antigüedad.
En África, las primeras etapas de la prehistoria están claramente enraizadas en la paleontología con el estudio de los primeros homínidos, su relación con nuestros parientes los primates antropoides y todos nuestros antepasados comunes. Al período de tiempo anterior a la aparición del hombre se le conoce como historia geológica.
Como acabamos de señalar, convencionalmente se dice que la Historia comienza con la aparición de los documentos escritos, ya que su presencia no sólo es síntoma de un elevado grado evolutivo y organizativo, sino que, además, los documentos aportan información sobre sistemas de pensamiento y superestructuras que la cultura material no puede proporcionar (empezando por la propia familia , las dataciones precisas, categorías conceptuales, sistemas de clasificación empíricos, etc.). Sin embargo, dado que la escritura no aparece en todo el mundo en las mismas fechas, tampoco la Prehistoria finaliza al mismo tiempo. Por otro lado, la escritura ha sido inventada varias veces, pero lo más común es su difusión por aculturación y su adaptación a distintas lenguas. Éstos son sólo algunos ejemplos relevantes:
Mesopotamia es el lugar donde se piensa que nace la escritura por primera vez en el 3350 a. C. (por lo menos hasta que no se esclarezca la naturaleza de algunos signos más tempranos encontrados en China). En principio, se trata de un sistema muy simple de registro o de inventario de bienes con caracteres pictográficos. En poco tiempo, Mesopotamia desarrolló un sistema completo: el sistema de escritura cuneiforme, que mezclaba caracteres pictográficos, ideográficos y fonéticos. Por su prestigio cultural, la escritura cuneiforme en acadio acabó convirtiéndose en una lingua franca en todo Oriente Medio, al menos hasta el segundo milenio adC.
En Egipto la escritura Jeroglífica nace casi al mismo tiempo que en Mesopotamia, aproximadamente en el 3250 a. C. En principio, se trata de una escritura reservada a los sacerdotes; de ahí, su nombre (Jeroglifo significa lengua sagrada). Se componía de signos (dibujos) pictográficos. El número de pictogramas jeroglíficos varía de 700 en los primeros momentos a unos 5.000 al final de su civilización. Sin embargo, los egipcios desarrollaron en el tercer milenio antes de Cristo una escritura cursiva al alcance de todos los funcionarios (los escribas). Era un tipo de escritura llamada hierática que acabó siendo silábica y por tanto más práctica. Lo cierto es que en las últimas dinastías, los egipcios desarrollaron un tercer tipo de escritura aún más simplificado y popular, el demótico.
En China, la escritura nace en torno al año 2000 a. C. con la cultura Shang de la zona norte del imperio. Es de tipo ideográfico y se denomina jiǎgǔwén (甲骨文, “escritura de caparazones y huesos”), pero todo parece indicar que de ella deriva la escritura tradicional china, que ha sido la base escrita de muchos dialectos (algunos de ellos ininteligibles entre sí), por lo que en muchos casos los signos son, en realidad, ideogramas. Actualmente el Chino mandarín estándar cuenta de con más de 4.000 caracteres logográficos.

La Prehistoria en Oriente Medio

Usaremos indistintamente las expresiones “Oriente Medio” y “Oriente Próximo” para designar a la región del Oriente más próxima a Europa, es sinónimo de Asia sudoccidental. En cualquier caso, desde el punto de vista histórico y, más concretamente, prehistórico, el Oriente medio es lo que se llama una Zona Nuclear que irradia continuas innovaciones y cambios y que influyen decisivamente en el desarrollo, no sólo de zonas limítrofes, sino de toda Eurasia.
En el valle del Indo la escritura aparece en la cultura Harappa, hacia el 1900 a. C. Son escritos no descifrados, de modo que se desconoce su naturaleza y sus orígenes.
En el caso de Europa, la civilización minoica es la primera en desarrollar un alfabeto (el Lineal A) aproximadamente en el 1900 a. C., aunque son los colonizadores fenicios y griegos los que marcan el comienzo de la Historia al difundir su alfabeto fonético hasta las columnas de Hércules.los homosapiens eran expertos en la pintura jelogrifica
En América, son los olmecas los primeros en poseer documentos escritos. Concretamente en el periodo llamado Olmeca III: la famosa Estela «C» de Tres Zapotes (México) contiene la fecha equivalente al 3 de septiembre del año 32 dC y la fecha más antigua de Guatemala es exactamente el 6 de diciembre del año 35 dC. De todas, la inscripción más antigua, quizás, podría ser la Estela 2 de Chiapa de Corzo, Chiapas, del 36 a. C.. Sin embargo, se trata de un sistema incompleto, llamado «de Cuenta Larga», que sólo sirve para representar nombres de personas, lugares, símbolos astrológicos y calendáricos. En realidad, son los antiguos mayas los únicos que desarrollan, a partir del siglo III, un sistema completo de escritura a base de signos ideográficos, logográficos y fonéticos.Las culturas andinas, sin embargo, nunca desarrollaron la escritura tal como la entendemos; pero, al menos, existe una posible inscripción de principios de nuestra era en la «Puerta del Sol» de Tiwanaku (Bolivia), que aún no ha sido descifrada. En cualquier caso, tenían una rica tradición literaria oral y un sistema de registro por medio de cuerdas anudadas llamadas Quipu (que, en quechua significa nudo). El Quipu consistía en una cuerda principal de la que salían cuerdas secundarias, cada una de las cuales registraba un asunto concreto. Los tipos de nudos y los intervalos indicaban cifras y datos. Por ejemplo, los incas basaban su administración territorial en el Quipu de modo que los líderes de cada comarca recibían el nombre de capullaamucos.

La Prehistoria en América

La Edad de Piedra es mucho más tardía sin que todavía se haya averiguado exactamente cuándo comienza. La teoría más aceptada es que el poblamiento humano de América se produjo desde Siberia a través de Estrecho de Bering: algunos datos apuntan a un poblamiento muy temprano, al menos desde hace unos 50.000 años. Otros creen, en cambio, que sólo hay pruebas para afirmar que los seres humanos llegaron hace unos 14.000 años o poco más. En cualquier caso, el aislamiento de América respecto a otros continentes fue casi absoluto (aunque se sabe que hubo varias migraciones a los largo de la Prehistoria), lo que justifica que no se emplee la periodización tradicional, sino otra específica adecuada a la realidad arqueológica de este gran continente. En 1958, los arqueólogos Gordon Willey y Philip Phillips propusieron las siguientes etapas:

Periodo Lítico o Paleoindio

Podría equipararse al Paleolítico Superior europeo, comprende desde la llegada de los primeros americanos (con una fecha variable, según el paradigma teórico defendido) hasta el comienzo del Holoceno. Dentro de este periodo hay dos fases:
Fase de cazadores-recolectores indiferenciados: caracterizado por una industria lítica arcaizante (cantos tallados, lascas musteroides, bifaces); los restos son muy escasos pero pueden ponerse ejemplos datados por encima de los 30 000 años de antigüedad en todo el continente, desde Topper (en Estados Unidos) hasta Pedra Furada (en Brasil), pasando por Tlapacoya (en México) o Monte Verde II (en Chile).
Fase de las Puntas de proyectil: Estaríamos ante una cultura de tecnología lítica muy avanzada y con una economía basada en la caza de piezas de mediano y gran tamaño. Aparece hace unos 13 000 años y se caracteriza por diversos tipos de puntas de lanza foliáceas finamente elaboradas, las más famosas son las de la cultura Clovis (Nuevo México), aunque, por supuesto, hay muchas más. A destacar, por situación geográfica, la Cueva Fell (en Tierra del Fuego, Chile), cuyas puntas, llamadas de «cola de pescado», se datan en el 7000 a. C.

Periodo Arcaico

Al terminar la última glaciación, se produciría la transición a la agricultura del maíz a partir de la recolección intensiva de vegetales. También aparecen los primeros poblados estables y numerosas culturas que viven de la explotación intensiva de recursos del mar, cuyos restos más típicos son los concheros, grandes montones de desperdicios de conchas de moluscos. Esta transición fue más intensa en México y en el centro-norte de los Andes (las dos zonas nucleares fundamentales de América). Concretamente en los Andes sobresale la cultura de Caral (Perú), con una fecha inicial superior al 2600 a.C.

Dos vistas del sitio de Caral (Perú)

Sería el equivalente a la Protohistoria europea, pero más dilatada; inmediatamente después de esta fase aparecen las primeras formas de escritura y las grandes civilizaciones clásicas como la de los Mayas o los Moche. Evidentemente, destaca por novedades como la agricultura, la ganadería, la cerámica... Entre los 4000 a. C. y el comienzo de nuestra Era. También se produce la aparición de las primeras sociedades jerarquizadas con formas de gobierno relativamente complejas; de hecho, hay grandes civilizaciones como la de los Olmecas en Mesoamérica y la Cultura Chavín en Sudamérica, que llegan a dominar extensos territorios y a construir importantes centros urbanos en torno a santuarios dedicados al Dios Jaguar. Otras culturas reseñables son las de los Anasazi y sus similares (Arizona), así como los constructores de Montículos de Norteamérica.

Amerindio Hupa

En América, la utilización de cobre nativo se remonta hacia el 900 a. C.; poco después comienza una metalurgia auténtica, basada en cobre y, sobre todo, oro y plata. El bronce no aparece hasta poco antes del año 900. El hierro no se conoció hasta la llegada de los europeos. Arriba se explica que con las fases finales de los olmecas, al comenzar nuestra era, nace la escritura en Mesoamérica estamos, pues, entrando ya en la Historia.
No obstante, amplias zonas americanas siguen siendo habitadas por pueblos semisedentarios, cazadores recolectores que, generalmente, conocen la cerámica, la ganadería y la agricultura de subsistencia. A veces, estas comunidades primitivas han sabido convivir con las civilizaciones agro-alfareras y resistir a la colonización. A pesar que de fueron, y son, arrinconados, discriminados y maltratados, han logrado subsistir, incluso han evolucionado, no sólo por influencias externas, sino también motu proprio. Sus culturas son tesoros a conservar, sin contar con que, en tanto que personas, les protegen los derechos humanos; podrían ser consideradas pueblos protohistóricos o primitivos. Por otra parte, la mayoría de ellos eran sedentarios o semisedentarios antes de la invasión del hombre blanco, pero la colonización y sus desastrosas consecuencias, provocaron una fuerte degeneración cultural y obligaron a muchos de ellos a volver al nomadismo, para escapar de las persecuciones. Otras veces, los pueblos sin hogar, desplazados por los colonos, tenían conflictos con otros indígenas a quienes tenían que disputarles el territorio, disputas que, a menudo eran alimentadas por el Hombre Blanco o que se mezclaban con las guerras que éste provocaba.
No obstante, no todo es oscuridad, a menudo, los colonizadores europeos, o sus descendientes criollos, se interesaron honrada y desinteresadamente en los indígenas, describiendo sus culturas como marginales, y en situación de decadencia; pero fue su presencia la que provocó esa marginalidad, la degradación de su modo de vida y el empobrecimiento de sus tradiciones, de manera que no estaban viendo sino una sombra de lo que fueron.

Prehistoria de América

Es innegable que Europa, durante toda su Prehistoria, fue tributaria de los avances de África y Oriente Medio. Si exceptuamos la cultura Musteriense y quizá la Auriñaciense junto con el desarrollo del Arte paleolítico; además de la Cultura megalítica o la Cultura del vaso Campaniforme, todos los progresos registrados en esta fase de la Historia europea son importaciones foráneas. Esta afirmación podría considerarse excesivamente difusionista, pero sólo la aparición de la cultura clásica grecorromana pone a Europa a la altura de las grandes civilizaciones de otros continentes.

La Edad de Piedra europea

La Edad de la piedra europea sigue dividiéndose en tres etapas, siguiendo las propuestas de John Lubbock en 1865 que separó el Paleolítico y el Neolítico. A éstas se unió el Mesolítico, gracias al descubrimiento del Tardenoisiense por Gabriel de Mortillet etre 1885 y 1897. Más tarde las tres edades de la piedra fueron precisadas y enriquecidas por las propuestas del abate Breuil en 1932. Desde entonces, aunque se hayan cambiado los cuadros de referencia y muchos conceptos erróneos, la división apenas ha sufrido alteraciones relevantes.
Paleolítico, la primera fase, o Edad Antigua de la Piedra: Es el periodo más antiguo y largo de la historia europea; comenzaría hace aproximadamente un millón de años con la llegada de los primeros humanos (bien Homo ergaster, bien Homo antecessor). Durante el Paleolítico europeo se suceden, después, otros tipos: Homo heidelbergensis, Homo neanderthalensis y Homo sapiens sapiens; este último vino a través de otra migración provocando la extinción de los neandertales hace 50.000 años. Paralelamente a la evolución humana se produce una evolución cultural: durante el Paleolítico Inferior la cultura dominante en Europa es el Achelense; en el Paleolítico Medio tenemos el Musteriense (propia del hombre de Neandertal), quizá el Châtelperroniense sea un epígono de este tipo humano. Con la llegada del hombre moderno se suceden una serie de culturas como el Auriñaciense, el Gravetiense, el Solutrense y el Magdaleniense. Otros elementos importantes para comprender el Paleolítico son las continuas oscilaciones climáticas llamadas glaciaciones, el predominio de la economía cazadora recolectora y la aparición del Arte al mismo tiempo que llega el hombre moderno.
Epipaleolítico/Mesolitítico, la fase intermedia o Edad Media de la Piedra: se refiere al periodo que transcurre desde la retirada del último glaciar (hace unos 12.000 años), hasta la llegada del Neolítico (hace unos 5.000 años). Actualmente se discrimina entre culturas epipaleolíticas (aquellas que mantienen el modo de vida propio del Paleolítico, sin cambios sustanciales, como ocurre con el Aziliense, por ejemplo), de las denominadas culturas mesolíticas (aquéllas que muestran una tendencia a evolucionar hacia la sedentarización y otros rasgos propios de lo que luego será el Neolítico, tal es el caso del Tardenoisiense).

El Neolítico en Europa

Neolítico, la última fase o Edad Moderna de la piedra: el Neolítico llega a Europa desde el Próximo oriente a través de los Balcanes y la cuenca Mediterránea en el sexto milenio aunque hay constancia, ya en el VII milenio a. C. de culturas neolíticas (o protoneolíticas) sin cerámica y sin hachas pulimentadas en la zona de los Balcanes: se trata de pueblos con una agricultura rudimentaria, itinerante; ganadería, caza, pesca y recolección, y numerosas pervivencias epipaleolíticas (hábitats en cuevas, utillaje, etc.). En Chipre, la zona griega y los Balcanes es donde aparece el primer neolítico europeo, muy influido por el anatólico. Aunque los primeros poblados sedentarios son muy pequeños, pronto de desarrolla una cultura con yacimientos como Sesklo o Nea Nikomedia, ambos sobre elevaciones del terreno, con murallas y bastiones y, en su interior, construcciones rectangulares con un vestíbulo de acceso. En la cultura material destaca la cerámica pintada y las figurillas femeninas. En el Mediterráneo occidental se sospecha la existencia de una fase precerámica fundamentalmente ganadera y aferrada a los hábitats en cueva, la primera gran civilización panmediterránea plenamente neolítica es la de Cerámicas impresas Cardiales (verde claro en el mapa). Probablemente un pueblo de pescadores identificable por sus típicas cerámicas decoradas con impresiones de conchas de berberecho (Cardiidae) que aparecen tanto en la orilla africana como en la europea, desde Dalmacia a la península Ibérica. En el quinto milenio otra oleada neolitizadora penetra en Europa a través del Danubio, se caracteriza por la llamada Cerámica de bandas (pardo claro en el mapa), y su influencia se extiende desde lo que hoy es Hungría hasta los actuales Países Bajos. La cerámica de bandas está decorada en frisos superpuestos con motivos diversos, destacando los meandros, las volutas y las formas angulosas. Esta cultura habita en poblados fortificados, algunos de gran tamaño (hasta 40 hectáreas).
El caso es que, antes del año 4000 a. C. toda Europa está neolitizada; es entonces cuando se produce un cambio fundamental en las culturas europeas: aparece simultáneamente en varias regiones atlánticas (desde Portugal a Dinamarca) la civilización de los constructores de megalitos. Esta cultura sobrepasa los límites de la Edad de la Piedra ya que se perdura durante el Calcolítico (en una fase que se ha denominado Neo-Eneolítico, por la dificultad de establecer una división clara). El fenómeno megalítico evoluciona hasta el 2500 a. C., ya que, como hemos dicho, perdura durante la edad de los metales, sobre todo en las islas Británicas) llegando, al final de su existencia a construir los monumentos más impresionantes (vg. Stonehenge). Los constructores de megalitos vivían en poblados fortificados situados en lugares de fácil defensa (como colinas) lo que revela las contradicciones internas de este gran horizonte cultural.
Un monumento megalítico es una construcción formada por piedras gigantescas (de varias toneladas), de ahí su nombre: megas: gigante y, lithos: piedra. Hay cuatro clases de monumentos megalíticos:
Menhir: es una gran piedra puesta de pie que marcaría un lugar sagrado.
Alineamiento: es un conjunto de menhires puestos en fila.
Crómlech: es un conjunto de menhires puestos en círculo. Se supone que el
alineamiento y el crómlech eran
templos al aire libre

PALEOLITICO



El Pleistoceno es el clima que caracteriza al Paleolítico. Al terminar se inicia el clima actual (Holoceno 10.000 a.C.)
Características:
- Es un periodo de cambios climáticos continuos, se van alternando los periodos de glaciación y los interglaciares (entre 2 glaciaciones)
- Hubo 4 glaciaciones, Günz, Mindel, Riss y Würm. Las glaciaciones eran épocas de clima polar
- Europa, excepto las riberas del Mediterráneo estaba totalmente congelada.
- En los periodos interglaciares el clima era templado y lluvioso.
- Vivimos en un periodo interglaciar (Holoceno)
- Günz- (periodo interglaciar Günz-Mindel) –Mindel- (Mindel-Riss) –Riss- (Riss-Würm) –Würm- (Holoceno).
La Hominización
Es la aparición del hombre sobre la tierra.
Hasta el siglo XIX se creía en la teoría creacionista.
Primero Lamarck y después Darwin criticaron esta teoría y crean la evolucionista (los seres se han ido transformando con el tiempo). La evolución se debe a la adaptación de los seres vivos al medio ambiente.
Lamarck es el iniciador de la teoría y Darwin la perfeccionó.
Lamarck dijo que la adaptación se produce por el uso de los órganos (ejemplo de las jirafas).
Darwin dice que la evolución se produce por selección natural. Los mejor adaptados al medio sobreviven. Su descendencia hereda las características que les permiten estar mejor adaptados.

Cadena evolutiva: Resto fósiles ordenados y clasificados que sirven para recomponer la evolución.
El hombre evolucionó de los primates:
Hace 40 o 50 millones de años había 5 ramas de monos.
De ellas 4 evolucionaron hacia los simios actuales.
1 familia evolucionó hasta el hombre actual.

Cadena evolutiva:

Australopithecus h. Hábiles h. Erectus h. Sapiens h. Sapiens-Sapiens
Homínidos
Paleolítico inferior:

Australopithecus: el más primitivo, muchos no lo consideran un homínido.
No es bípedo
Cara es hocical (mandíbula prominente)
Arcos superciliares fuertes
Frente huidiza
600 cm3 de cc.

Ø Homo hábilis:

Cara hocicuda
700 cm3 de cc.
Frente menos huidiza
Arcos superciliares menores
Semi-bípedo
Capaz de construir
Homínido

Ø Homo erectus:

2º de los homínidos
1000 cm3 de cc.
Rasgos menos primitivos
Totalmente bípedo
Las manos ganan flexibilidad
Pulgar oponible
Prensibilidad
Vive de la caza y construye útiles para ello
La columna se vuelve recta y se une con el cerebro
Este cambio permite el desarrollo del cerebro

Paleolítico Medio

Homo Sapiens Neandenthalensis
Aspecto moderno
Prácticamente ha perdido todos los rasgos primitivos
Sus instrumentos son de una gran técnica
1500 cm3 de cc.
Sus manos son hábiles
Extrae de su caza la máxima utilidad.
Tiene pensamiento abstracto
Tiene ideas y creencias.
Conoce y usa el fuego
Fabrica instrumentos de forma indirecta

Paleolítico Superior

Homo Sapiens Sapiens:
1900 cm3 de cc.
Creencias y pensamiento abstracto
Lenguaje
Habitó en cueva semiconstruidas
Practica ritos funerarios
Crea una cultura
Se organiza para la caza

Características del Paleolítico
Economía:

Su economía es básicamente depredadora.(caza, pesca, recolecta)
Son nómadas y su demografía es reducida y su mortandad alta
No pueden alimentar a los niños, son un inconveniente para el nomadismo. Algunas tribus practican el infanticidio
Las tribus eran poco numerosas

No conocen: El excedente
La propiedad privada
La división social del trabajo


La demografía se amplía en el P. Superior.
Por la existencia de las “Venus del Paleolítico” que existía el deseo de ampliar el número de hijos.
Se protegen de las glaciaciones con pieles y fuego, al saber usar este último también mejora la alimentación.

En el P. Superior los miembros de la tribu cooperan en la caza. Nombran a un jefe, el Chamán, que dirigía la caza y tenía funciones religiosas.
La caza tiene mayor éxito y pueden alimentar a los niños. Piensan que ellos en un futuro serán cazadores. No todos los niños sobreviven pero los que lo hacen tienen mayor esperanza de vida.


Caza “cultura de un hombre cazador”

Cultura material Cultura espiritual

objetos construidos por ideas y creencias
el hombre

la industria el arte
La industria paleolítico

El hombre construye instrumentos de caza a partir de piedras mediante la técnica del tallado (golpear hasta crear filo con una piedra, hueso o boj)
Utilizaban 3 tipos de piedra: Industria lítica

Sílex (el más utilizado)
Pedernal
Obsidiana

A partir del P. Medio y especialmente en el Superior (sobre todo a finales) adquiere importancia la industria ósea.

La industria mejora por la inteligencia y la mayor habilidad manual
La mayor habilidad manual hace que el tallado y el retoque sean más superficiales desperdiciando así menos piedra y creando armas más perfectas más pequeñas
Con su inteligencia logra mayor variedad de armas para usos muy distintos.
Cuando el hombre es poco hábil los retoques son muy amplios por lo que los instrumentos han de ser grandes.
Cuando tiene más habilidad los retoques son más pequeños = instrumentos más pequeños + eficacia y + fáciles de manejar.
El hombre comprende que para cada actividad necesita un instrumento diferente.
Al final del Paleolítico hay tantos instrumentos como actividades relacionadas con la caza.

MESOLITICO

Período prehistórico, entre el Paleolítico y el Neolítico, que duró aproximadamente entre el 10000 adC y el 5000 adC. Su nombre significa Edad Media de la Piedra por contraposición al Paleolítico (Edad Antigua de la Piedra) y al Neolítico (Edad Moderna de la Piedra).
Época marcada por el final de la era glacial del Pleistoceno, con la consiguiente mejoría de las condiciones de vida.
Comienza la diferenciación de razas y la colonización del planeta.
Culturas:
· Aziliense
· Maglemoisense
· Ertebölliense
· Ahrensburgiense
· Asturiense
Los hombres del Mesolítico se dedicaron a la caza, la pesca y la recolección, como los del Paleolítico Superior, pero sus condiciones de vida fueron relativamente más duras. El clima sufrió grandes cambios: había finalizado una etapa de glaciación. Las grandes masas de hielo y nieve se derritieron gradualmente, subió el nivel de los mares y se inundaron muchas regiones bajas. Por otra parte, el aumento de la temperatura provocó la desaparición o la migración hacia el Norte de los grandes mamíferos característicos del clima frío que habían otorgado una caza provechosa a los seres del Paleolítico Superior. La caza tuvo que orientarse hacia animales más pequeños o buscar otras formas de alimentación. El mamut se extinguió y los rebaños de herbívoros fueron sustituidos por animales de costumbres individuales, cuya caza era más compleja: el ciervo y los jabalíes. Los cazadores comenzaron a utilizar perros, con algún grado de domesticación, para sus actividades. También es importante la microlitización, es decir, la fabricación de pequeños utensilios adaptados a su nueva situación, como por ejemplo, la recolección de moluscos y la apertura de estos. Las armas más importantes fueron los arcos, reforzados por tendones, y las flechas de piedra con variadas formas geométricas (por ejemplo, triángulos y trapecios). Utilizaron también un tipo de flechas de hueso o de madera para conseguir pieles sin dañarlas demasiado. Durante este período se fabricaron trineos, en un principio tirados por hombres y luego por perros, y canoas de piel o de corteza de árboles. De la corteza de abedul fabricaron un producto para pegar, que se ha considerado probablemente como la sustancia más antigua realizada por el ser humano.

La vida en el Mesolítico

Es durante este periodo cuando, tras la última glaciación wurmiense (Würm III), surgen los grandes bosques y se extinguen los grandes animales. El crecimiento de los bosques, debido a la modificación climática, hace más dificultosa la caza mayor. Los grandes mamíferos, como el Elefante lanudo, el Rinoceronte lanudo, los osos de las cavernas, desaparecen, y otros como el reno, emigran. Por el contrario prosperan el ciervo, el magurío, y sobre todo el caracol (signo de clima cálido y húmedo).
Como especies de caza se conservan el ciervo, el sarrio, la cabra montesa, el jabalí y el corzo (estos dos últimos en franco aumento). También se cazan osos, zorros, gatos monteses, tejones y otros pequeños mamíferos; como aves se cazan los gansos, tordos, faisanes, arrendajos, palomas salvajes y otras. La recolección de frutos se extiende, y se comen caracoles y conchas. La pesca se desarrolla. El clima húmedo hace incrementar espectacularmente la cantidad de caracoles, que el hombre consume por millones como un nuevo alimento.
Al poder vivir de las frutas que recolecta, el hombre tiene menos necesidad de cazar. Sale de las cuevas, cambia sus hábitos y su alimentación y se modifican sus características físicas.
Se construyen las primeras chozas a orillas de los ríos, y se abandonan temporalmente las cuevas, viviéndose al aire libre en cabañas de madera y plantas, de las cuales no se conservan vestigios, pero en cuyos emplazamientos se localizan objetos de piedra tallada conocidos por "talleres de Sílex".
Al desaparecer la caza mayor, la de los pequeños animales pasa a primer plano, y para ella se utilizan objetos de piedra de diversas formas, de uso a menudo incierto, muchas de las cuales debían usarse como saetas. Los instrumentos de medidas mayores se hacen escasos.En esta época los hombres van desnudos o con taparrabos, y las mujeres van desnudas o con unas faldas acampanadas hasta las rodillas, atadas con una cuerda a la cintura, y desnudas en la parte por encima de la cintura
Los grupos tienen probablemente un hechicero, que al principio se distinguía por adornos en las piernas, concretamente en las rodillas, y probablemente también en los brazos. Se practicaban bailes rituales, en los cuales probablemente se invocaba la fertilidad de las mujeres o más probablemente de los animales.
La practica de la caza de animales menores, como ciervos o corzos, lleva a la técnica del encercamiento del animal por el grupo humano, y su matanza. Pronto los hombres aprenden a cazar a estos y otros animales empujándolos hacia sacos de cuero, y concentrándolos después en cercados hechos con empalizadas de madera. De esta forma se convirtieron en pastores.
A la fertilidad de estos rebaños, y de los rebaños libres, se asocian las danzas rituales y los cultos asociados a pinturas rupestres de animales, con un significado probablemente mágico o de culto.
La caza es la actividad principal y la mayor consideración social es para el gran cazador.
Los hombres usan eventualmente (no siempre) plumajes en la cabeza, y brazaletes en los brazos y en los tobillos.
Las mujeres eran altas, delgadas, esbeltas, con la cintura estrecha y la pelvis ancha; sus piernas eran robustas; sus pechos grandes y flácidos, y les colgaban exageradamente hasta la barriga. Su peinado era estrecho en el centro y colgando hacia los lados, cada vez con mayor anchura, hasta el final de la cabeza.

NEOLITICO



El Neolítico, Nueva edad de Piedra, por contraposición al Paleolítico o Edad Antigua de la Piedra, es uno de los períodos en que se considera dividida la Edad de Piedra. Inicialmente se le dio este nombre en razón de los hallazgos de herramientas de piedra pulimentada que parecían acompañar al desarrollo y expansión de la agricultura. Hoy día se define el Neolítico precisamente en razón del conocimiento y uso de la agricultura o de la ganadería. Normalmente, pero no necesariamente, va acompañado por el trabajo de la alfarería.

Desarrollo

El Neolítico o Revolución Agrícola tuvo su desarrollo en Oriente Próximo, desde donde se extendió por Asia, Europa y África. Sin embargo, tanto en Asia Oriental como en América cabe pensar en un desarrollo autóctono, al menos en gran medida.
· Neolítico en Oriente Próximo
· Neolítico en Europa
· Neolítico en Asia Oriental
· Neolítico en América
· Neolítico en África
La etapa de transición entre el Paleolítico y el Neolítico se conoce como Mesolítico, mientras que las fases del Paleolítico tardío contemporáneas con el Neolítico y el Mesolítico en otras regiones del planeta se conocen como Epipaleolítico. Se denomina Subneolítico a un pueblo o comunidad de economía cazadora-recolectora que recibe algún influjo de tipo neolítico, típicamente la alfarería, de sus vecinos agricultores.
Aunque Neolítico se traduce literalmente como "Nueva edad de Piedra", quizás sería más apropiado llamarlo "Edad de la Piedra Pulimentada"; sin olvidar que la principal característica que define actualmente el período no es otra que una nueva forma de vida basada en la producción de alimentos a partir de especies vegetales y animales domesticadas. Abarca distintos períodos temporales según los lugares. Se sitúa entre el 7000 adC y el 4000 adC aproximadamente. Este período se inició en el Kurdistán antes del 7000 adC (quizás hacia el 8000 adC) y se difundió lentamente, sin que en Europa pueda hablarse de Neolítico hasta fechas posteriores al 5000 adC.

Influencia del cambio climático

A partir del año 8000 adC, el cambio climático (época postglaciar) hizo huir a los rebaños de renos hacia el norte, provocando una disminución de la caza. Declinó la cultura, volviendo el hombre a las cuevas (aunque en algunos casos aislados se conservaron las chozas). El culto a los difuntos y los rituales funerarios se hicieron más complejos. Esta época es llamada "período de marasmo" y se sitúa en el final del Mesolítico y el principio del Neolítico. Este cambio de clima hacia el 8000 adC (en que se pasó a un clima templado) hizo que el hombre modificara sus costumbres (lo que se facilitaría por los cambios climáticos -templado, frío, templado, frío- del período 12000 a 8000 adC).
Las diferencias culturales de una zona a otra son perceptibles pero resulta imposible dar otro calificativo a los hombres que pueblan extensas zonas que la de Homo sapiens u Hombre de Cro-Magnon, sin que puedan establecerse diferencias étnicas regionales que necesariamente hubieron de darse por el desarrollo separado de los distintos grupos, el ambiente geográfico distinto, la diversa climatología, los hábitos alimentarios diferentes y las múltiples costumbres locales.
Del establecimiento de la ganadería y de una economía de base ganadera surge la trashumancia, que pone en contacto a los pueblos y, consecuentemente, facilita la comunicación entre gentes de culturas, tierras y tribus diversas. La emigración de tribus y la difusión de técnicas, que cada grupo aprende del grupo vecino, va extendiendo las culturas neolíticas desde su foco originario hacia el resto del mundo. De estos contactos y del desarrollo simultáneo de la agricultura surgen, entre otras cosas, los primeros molinos manuales para moler los granos que se cultivan.

Fases del Neolítico

El Neolítico se divide en tres fases:
· Neolítico Inicial (I Fase)
· Neolítico Medio (II Fase)
· Neolítico Final (III Fase).
Características de este período son la completa domesticación de algunos animales (el asno, el caballo, el reno y otros), la sustitución de los útiles de piedra tallada por los de piedra pulimentada (que no es la novedad más importante, si bien es la que da nombre al período), una práctica desaparición de las manifestaciones artísticas y el desarrollo de los cultivos en la primera fase, seguida de un decaimiento general.

Surgimiento de la agricultura y los poblados

Puede seguirse el Neolítico con relativa exactitud en la zona de Canaán, región en donde surgen culturas agrícolas, sedentarias, (las primeras culturas agrícolas surgieron sin duda en el Sudeste de Anatolia (Çatalhöyük) hacia el 8000 adC) probablemente antes del 7000 adC. Se sabe de la siembra, recolección y almacenaje de cereales, y se sabe que domesticaron algunos animales, y entre ellos, el primero, el perro. Se construyeron poblados de casas de adobe, con cubierta plana, aproximadamente rectangulares en medianería, sin calles y con entrada por la cubierta. También cabañas circulares, semi-subterráneas, de una sola cámara, con los muros y el suelo cubiertos de barro (Jyroquitya, en Chipre).
La innovación se difundió con extrema rapidez y antes del 7000 adC ya se constata al menos una gran ciudad, Jericó, con una superficie de unas cuatro hectáreas, con una muralla de piedra y un foso excavado de unos 8 metros de ancho por 3 metros de fondo, y con, al menos, una gran torre circular de 9 m de altura, que se pensó servía como torre de vigilancia, con escalera para acceder al techo y a la parte alta de la muralla, pero que realmente resultó ser un muro contra inundaciones y un almacén de grano.
Esta primera cultura neolítica (Neolítico pre-alfarero) duró desde aproximadamente el 7500 adC al 6500 adC y fue sustituida por otra "invasión" desde el norte, de Anatolia, que duró también unos mil años (6500 al 5500 adC); siguió después otra cultura neolítica procedente también del norte, que subsistió otros mil años (5500-4500 adC). Estas culturas se fueron difundiendo por toda Eurasia, acelerándose la difusión después del 5000 adC, fecha en que puede fijarse el inicio del periodo Neolítico en el continente Europeo, alcanzando poco después la Península Ibérica.

La alfarería

Un descubrimiento de capital importancia para la vida del hombre, y que tuvo un desarrollo muy rápido, es la alfarería. Permitió la construcción de recipientes para líquidos y facilitó enormemente la vida del hombre, que ya no necesitaba estar permanentemente en las cercanías del agua, o realizar a menudo largos recorridos para abastecerse, pues almacenaba el agua, y también granos, semillas, productos molidos, etcétera, en los recipientes de alfarería. Solo necesitaba desplazarse periódicamente para renovar el abastecimiento de la cantidad consumida desde el suministro anterior.
Antes se usaban calabazas vacías (que podían contener agua pero no podían ponerse al fuego) y cestos de mimbre (que no podían contener agua). Posteriormente estos recipientes de mimbre se impermeabilizaron con la arcilla seca al sol o cocida al fuego. Más tarde aprendieron a dar la forma a la arcilla con un esqueleto de mimbre muy simple y luego sin esqueleto. La forma era a menudo de calabaza y las dimensiones parecidas al cesto de mimbre.
Los cazadores usaban en raras ocasiones las piezas de arcilla (por ejemplo, no servían como carcaj por su fragilidad), prefiriendo las de mimbre o de tejidos. En cambio, a los ganaderos y agricultores les proporcionaba seguridad en el almacenamiento de agua y otros productos lo cual, junto con los medios de conservación de la carne, les hacía menos dependientes de la caza diaria.
En esta época se difunde el uso de las piezas de alfarería, cuya utilización en la Península Ibérica es segura, existiendo restos del Neolítico Medio.
Aparecida la alfarería, el hombre intenta decorarla. Hay indicios de que las primeras decoraciones se hacían con cuerdas, utilizadas a menudo de refuerzo, pero después se introdujeron otras variantes: la acanaladura, el cordón (línea en relieve a modo de cuerda, ligeramente debajo del borde) y las asas de diversos tipos.
La cerámica de la época inicial (hacia el 4000 adC) es de la llamada cardial, con incisiones de diversos tipos en la arcilla blanda pero ya moldeada, hechas con los dedos o con punzones o espátulas de hueso o piedra pulida. Recibe el nombre de cardial por estar producidas la mayoría de las incisiones con un tipo de concha llamada Cardium Edule (berberecho). Las incisiones, a menudo combinadas, buscaban efectos simétricos.

La vida en el Neolítico

El cambio climático provoca una lenta conversión de la economía de subsistencia, basada en la caza, hacia una economía más estable de base ganadera y apoyada en los cultivos. Se aprecia que el hombre deja las montañas para desplazarse hacia los llanos en persecución de sus presas de caza. El hombre vuelve a las cuevas aunque en algunos puntos pudo conservar la utilización de chozas en las cercanías de ríos.
El desarrollo de la ganadería da lugar a la trashumancia y a los contactos relativamente frecuentes con gentes de otras tierras, existiendo una mayor intercomunicación entre las diversas tribus. Para las hachas y otros instrumentos se utiliza la piedra pulida y los útiles y algunas herramientas se fabrican frecuentemente con hueso. Aparecen también útiles de obsidiana.

EVOLUCION HUMANA




La evolución humana o también hominización se define como el proceso de transformación de la especie humana desde sus ancestros hasta el estado actual. El estudio de dicho proceso es una búsqueda interdisciplinar en la que se aúnan conocimientos procedentes de ciencias como la antropología física, la lingüística y la genética.
Etapas en la evolución humana

Los pre-Australopitecinos

Los primeros posibles homínidos bípedos (Hominina) son Sahelanthropus tchadiensis (con una antigüedad de 6 ó 7 millones de años), Orrorin tugenensis (unos 6 millones de años) y Ardipithecus (entre 5,5 y 4,5 millones de años). Debido a la escasez de restos fósiles y a lo fragmentario de los mismos, no hay acuerdo general sobre si estos primeros homínidos fueron totalmente bípedos.

Fase Australopithecus

Los primeros homínidos de los que se tiene la seguridad de que fueron completamente bípedos son los miembros del género Australopithecus, de los que se han conservado esqueletos muy completos (como el de la famosa Lucy).
Este tipo de homínido prosperó en las sabanas arboladas del este de África entre 4 y 2,5 millones de años atrás con notable éxito ecológico, como lo demuestra la radiación que experimentó, con al menos cinco especies diferentes esparcidas desde Etiopía y el Chad hasta Sudáfrica.
Su desaparición se ha atribuido a la crisis climática que se inició hace unos 2,8 millones de años y que condujo a una desertificación de la sabana con la consiguiente expansión de los ecosistemas abiertos, esteparios. Como resultado de esta presión evolutiva, algunos Australopithecus se especializaron en explotar productos vegetales duros y de escaso valor nutritivo, desarrollando un impresionante aparato masticador, originado a Paranthropus; otros Australopithecus se hicieron paulatinamente más carnívoros, originando a los primeros Homo.

Fase habilis

No se sabe con certeza qué especie originó los primeros miembros del género Homo; se han propuesto a A. africanus, A. afarensis y A. garhi, pero no hay un acuerdo general. También se ha sugerido que Kenyanthropus platyops pudo ser el antepasado de los primeros Homo.
Clásicamente se consideran como perteneciente al género Homo los homínidos capaces de elaborar herramientas de piedra. No obstante, esta visión ha sido puesta en duda en los últimos años; por ejemplo, se ha sugerido que Australopithecus ghari, hace 2,5 millones de años fue capaz de fabricar herramientas. Las primeras herramientas eran muy simples y se encuadran en la industria lítica conocida como Olduvayense o Modo 1. Las más antiguas proceden de la región de Afar (Etiopía) y su antigüedad se estima en unos 2,6 millones de años, pero no existen fósiles de homínidos asociados a ellos (ver El artesano olduvayense).
De esta fase se ha descrito dos especies, Homo rudolfensis y Homo habilis, que habitaron África Oriental entre 2,5 y 1,8 millones de años atrás, que a veces se reúnen en una sola. El volumen craneal de estas especies oscila 650 y 800 cm³.

Fase erectus

Es sin duda la etapa más confusa y compleja de la evolución humana. El sucesor cronológico de los citados Homo rudolfensis y Homo habilis es Homo ergaster, cuyos fósiles más antiguos datan de hace aproximadamente 1,8 millones de años, y su volumen craneal oscila entre 850 y 880 cm³.
Morfológicamente es muy similar a Homo erectus y en ocasiones se alude a él como Homo erectus africano. Se supone que fue el primero de nuestros antepasados en abandonar África; se han hallado fósiles asimilables a H. ergaster (o tal vez a Homo habilis) en Dmanisi (Georgia), datados en 1.8 millones de años de antigüedad y que se han denominado Homo georgicus que prueban la temprana salida de África de nuestros antepasados remotos.
Esta primera migración humana condujo a la diferenciación de dos linajes descendientes de Homo ergaster: Homo erectus en Extremo Oriente (China, Java) y Homo antecessor/Homo cepranensis en Europa (España, Italia). Por su parte, los miembros de H. ergaster que permanecieron en África inventaron un modo nuevo de tallar la piedra, más elaborado, denominado Achelense o Modo 2 (hace 1,6 ó 1,7 millones de años). Se ha especulado que los clanes poseedores de la nueva tecnología habrían ocupado los entornos más favorables desplazando a los tecnológicamente menos avanzados, que se vieron obligados a emigrar. Ciertamente sorprende el hecho que H. antecessor y H. erectus siguieran utilizando el primitivo Modo 1 (Olduvayense), cientos de miles de años después del descubrimiento del Achelense. Una explicación alternativa es que la migración se produjera antes de la aparición del Achelense.
Parece que el flujo genético entre las poblaciones africanas, asiáticas y europeas de esta época fue escaso o nulo. Homo erectus pobló Asia Oriental hasta hace solo unos 50.000 años (yacimientos del río Solo en Java) y que pudo diferenciar especies independientes en condiciones de aislamiento (como Homo floresiensis de las Isla de Flores (Indonesia). Por su parte, en Europa se tiene constancia de la presencia humana desde hace casi 1 millón de años (Homo antecessor), pero se han hallado herramientas de piedra más antiguas no asociadas a restos fósiles en diversos lugares. La posición central de H. antecessor como antepasado común de Homo neanderthalensis y Homo sapiens ha sido descartada por los propios descubridores de los restos (Eudald Carbonell y Juan Luis Arsuaga).
Los últimos representantes de esta fase de nuestra evolución son Homo heidelbergensis en Europa, que supuestamente está en la línea evolutiva de los neandertales, y Homo rhodesiensis en África que sería el antepasado del hombre moderno.
Una visión más conservativa de esta etapa de la evolución humana reduce todas las especies mencionadas a una, Homo erectus, que es considerada como una especie politípica de amplia dispersión con numerosas subespecies y poblaciones interfértiles genéticamente interconectadas.

Fase sapiens

La fase final de la evolución de nuestra especie está presidida por dos especies humanas, ambas inteligentes, que durante un largo periodo convivieron y compitieron por los mismos recursos. Se trata del Hombre de Neanderthal (Homo neanderthalensis) y nosotros mismos, Homo sapiens. Son en realidad dos historias paralelas que, en un momento determinado se cruzan.
El Hombre de Neanderthal surgió y evolucionó en Europa y Oriente Medio hace unos 230.000 años, presentando claras adaptaciones al clima frío de la época (complexión baja y fuerte, nariz ancha).
Los fósiles más antiguos de Homo sapiens datan de hace unos 200.000 años (Etiopía). Hace unos 90.000 años llegó al Próximo Oriente donde se encontró con el Hombre de Neanderthal que huía hacia el sur de la glaciación que se abatía sobre Europa. Homo sapiens siguió su expansión y hace unos 45.000 llegó a Europa Occidental (Francia); paralelamente, el Hombre de Neanderthal se fue retirando, empujado por H. sapiens, a la periferia de su área de distribución (Península ibérica, mesetas altas de Croacia), donde desapareció hace unos 28.000 años.
Aunque H. neanderthalensis ha sido considerados con frecuencia como subespecie de Homo sapiens (H. sapiens neanderthalensis), análisis del ADN mitocondrial (ADNm) de fósiles de H. neanderthalensis sugieren que la diferencia existente es suficiente para considerarlos como dos especies diferentes, separadas desde hace al menos 400.000 años y probablemente más (ver el apartado clasificación en Homo neanderthalensis).
Se tiene la casi plena certeza de que el Hombre de Neandertal no es ancestro del ser humano actual, sino una especie de línea evolutiva paralela derivada también del Homo erectus/Homo ergaster a través del eslabón conocido como Homo heidelbergensis. El neandertal coexistió con el Homo sapiens y quizá terminó extinguido por la competencia con nuestra especie. Si existió algún mestizaje entre ambas especies, el aporte a la especie humana actual ha sido, en lo genético, inferior al 5% (un arqueólogo y paleoantropólogo que defendía la hipótesis de una fuerte mixogénesis de las dos especies ha sido descubierto como falsificador de "pruebas"; en efecto, existe actualmente casi total escepticismo de que ambas especies hayan sido interfértiles). En cuanto al llamado Hombre de Cro-Magnon corresponde a las poblaciones de Europa Occidental de la actual especie Homo sapiens.

Homo sapiens

Los parientes vivos más cercanos a nuestra especie son los grandes simios: el gorila, el chimpancé, el bonobo y el orangután.
Demostración palmaria de este parentesco es que un mapeo del genoma humano actual indica que Homo sapiens comparte casi el 99% de los genes con el chimpancé y con el bonobo. Para mayor precisión, el genoma de cualquier individuo de nuestra especie tiene una diferencia de sólo el 0,27% respecto al genoma de Pan troglodytes (chimpancés) y de 0,65% respecto al genoma de los gorilas. Ínfima diferencia cuantitativa, y sin embargo, amplio salto cualitativo.
Los fósiles más antiguos de Homo sapiens tienen una antigüedad de casi 200.000 años[6] y proceden del sur de Etiopía (formación Kibish del río Omo), que debe considerarse hoy por hoy como la cuna de la humanidad (véase Hombres de Kibish). A estos restos fósiles siguen en antigüedad los de Homo sapiens idaltu, con unos 160.000 años.
Algunos datos de genética molecular concordantes con hallazgos paleontológicos, sostienen que todos los seres humanos descienden de una misma Eva mitocondrial o E.M., esto quiere decir que, según los rastreos del ADN - que sólo se transmite a través de las madres-, toda la humanidad actual tiene una antecesora común que habría vivido en el noreste de África (en territorios que corresponden a los actuales estados de Etiopía y Kenia) hace entre 140.000 y 200.000 años (ver haplogrupos de ADN mitocondrial humano). En otros estudios sin embargo, basados en el polimorfismo del complejo mayor de histocompatibilidad, se sugiere que en los ultimos 30 millones de años la especie humana o sus ancestros jamas pudieron haber comprendido menos de 100.000 individuos, lo que derrumba la teoría del "cuello de botella" del ADNm y la Eva ancestral. Estas conclusiones son derivadas del hecho que humanos y chimpances comparten muchas diferentes variedades de los mismos genes, que no pudieron haberse trasmitido de especie a especie si hubiera existido solo un humano originario.
Estudios de los haplogrupos del cromosoma Y humano, situan el origen de nuestra especie en el este Africano y no más antiguo que 200.000 años.
Otros indicios derivados de muy recientes investigaciones sugieren que la de por sí exigua población de Homo sapiens hace unos 74.000 años se redujo al borde de la extinción al producirse el estallido del volcán Toba, volcán ubicado en la isla de Sumatra, cuyo estallido ha dejado como rastro el lago Toba. Tal erupción-estallido tuvo una fuerza 3.000 veces superior a la erupción del volcán Monte Santa Helena, esto significa que gran parte del planeta se vio cubierto por nubes de ceniza volcánica que afectaron negativamente a las poblaciones de diversas especies incluidas la humana, según esta hipótesis llamada entre la comunidad científica Catástrofe de Toba, la población de Homo sapiens (Entonces toda en África. La primera migración fuera de África fue en torno al año 70.000 ac) se habría reducido a sólo alrededor de 1000 individuos. Si esto es cierto, significaría que el 'pool' genético de la especie se habría restringido de tal modo que se habría potenciado la unidad genética de la especie humana (falta referencia).
No todos están de acuerdo con ese fechar. Después de analizar el ADN de personas de todas las regiones del mundo, el genetista Spencer Wells sostiene que todos los humanos que viven hoy descienden de un solo individuo que vivió en África hace unos 60,000 años.
Por todo lo antedicho queda demostradamente cierto el monogenismo de la especie humana y, consecuentemente, descartado el poligenismo —que servía de "argumento" a teorías racistas—.

Migraciones prehistóricas de Homo sapiens

Junto a los hallazgos arqueológicos, el principal indicador de la expansión del ser humano por el planeta es el susodicho ADN, aunque se está investigando el cromosoma Y, que es característico de los machos, para lograr mayores precisiones.
Los humanos ya habrían comenzado a salir del África unos 90.000 años antes del presente. Colonizando para esas fechas el sur de Eurasia (Estos restos fósiles han sido atribuibles a tempranos homo sapiens, pero su real relación con los humanos modernos es aun discutida).
Australia y Nueva Guinea: la Línea de Wallace significó para los Homo sapiens un límite insuperable durante casi 20.000 años para acceder a esta región. La llegada de humanos a Australia se data hace unos 70.000 años cuando pudieron fabricar rústicas almadías o balsas de juncos para atravesar el estrecho que durante las glaciaciones formaba la Fosa de Wallace, separando a Australasia.
Europa: recién comenzó a ser colonizada hace sólo unos 40.000 años, ellos suponen que durante milenios el desierto de Siria resultaba una barrera infranqueable desde África hacia Europa, por lo que habría resultado más practicable una migración costera desde las costas de Eritrea a las costas yemeníes y de allí al subcontinente indio. La expansión por Europa coincide con la extinción de su coetáneo de entonces, el hombre de Neandertal.
Oceanía: la colonización de estas islas más próximas a Eurasia se habría iniciado hace unos 50.000 años, pero la expansión por esta MUG (macro-unidad geográfica) fue muy lenta y gradual, y hasta hace unos 15.000 años los Homo sapiens Sapiens no comenzaron una efectiva expansión por Oceanía, aunque archipiélagos como el de Hawai y Nueva Zelanda no estaban aún poblados por seres humanos hace 2.000 ó 1.500 años (se requirió el desarrollo de una apropiada técnica naval y conocimientos suficientes de náutica.
América: la llegada del hombre a América, se habría iniciado durante el Wurmiense. Esto hace unos 40.000, o cuando menos, 30.000 años atrás. Durante las glaciaciones el nivel de los océanos desciende al grado que el "Viejo Mundo" y el "Nuevo Mundo" forman un megacontinente unido por el Puente de Beringia.
Antártida: ha sido la última MUG descubierta por el español Gabriel de Castilla (1603), siendo poblada desde 1904, y con población nativa desde 1978 (población chilena).


Bipedestación

Los Homínidos, primates bípedos, habrían surgido hace unos 6 ó 7 millones de años en África, cuando dicho continente se encontró afectado por una progresiva desecación que redujo las áreas de bosques y selvas. Como adaptación al bioma de sabana aparecieron primates capaces de caminar fácilmente de modo bípedo y mantenerse erguidos (East Side Story[13] ) . Más aún, en un medio cálido y con fuerte radiación ultravioleta e infrarroja una de las mejores soluciones adaptativas son la marcha bípeda y la progresiva reducción de la capa pilosa, esto evita el excesivo recalentamiento del cuerpo. Hace 150.000 años el norte de África volvió a sufrir una intensa desertización lo cual significó otra gran presión evolutiva como para que se fijaran los rasgos principales de la especie Homo sapiens.
Para lograr la postura y marcha erecta han tenido que aparecer importantes modificaciones:
Cráneo. Para permitir la bipedestación, el foramen magnum (u orificio occipital por el cual la médula espinal pasa del cráneo a la raquis) se ha desplazado; mientras en los simios el foramen magnum se ubica en la parte posterior del cráneo, en el Homo sapiens (y en sus ancestros directos) el foramen magnun se ha "corrido" casi hacia la base del mismo.
Columna vertebral. La columna vertebral bastante rectilínea en los simios, en el Homo sapiens y en sus ancestros bípedos ha adquirido curvaturas que permiten soportar mejor el peso de la parte superior del cuerpo, tales curvaturas tienen un efecto "resorte". Por lo demás la columna vertebral ha podido erguirse casi 90º a la altura de la pelvis, si se compara con un chimpancé se nota que al carecer este primate de la curva lumbar, su cuerpo resulta empujado hacía adelante por el propio peso; en la raquis humana el centro de gravedad se ha desplazado, de modo que el centro de gravedad de todo el cuerpo se sitúa encima del soporte que constituyen los pies, al tener el Homo sapiens una cabeza relativamente grande el centro de gravedad corporal es bastante inestable (y hace que al intentar nadar, el humano tienda a hundirse "de cabeza"). Otro detalle; las vértebras humanas son más circulares que las de los simios, esto les permite soportar mejor el peso vertical.
Pelvis. La pelvis se ha debido ensanchar, lo cual ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie. Los huesos ilíacos de la región pelviana en los Homo sapiens (e inmediatos antecesores) "giran" hacia el interior de la pelvis, esto le permite soportar mejor el peso de los órganos al estar en posición erecta. La citada modificación de la pelvis implica una disminución importante en la velocidad posible de la carrera por parte de los humanos. La bipedestación implica una posición de la pelvis, que hace que las crías nazcan "prematuras": en efecto, el parto humano es denominado ventral acodado ya que existe casi un ángulo recto entre la cavidad abdominal y la vagina que en el pubis de la mujer es casi frontal, si en todos los otros mamíferos el llamado canal de parto es muy breve, en cambio en las hembras de Homo sapiens es muy prolongado y sinuoso, esto hace dificultosos los alumbramientos. Como se verá más adelante, esto ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie.
Piernas. También para la bipedestación ha habido otros cambios morfológicos muy importantes y evidentes, particularmente en los miembros y articulaciones. Los miembros inferiores se han robustecido, el fémur humano se inclina hacia adentro, de modo que le posibilita la marcha sin necesidad de girar casi todo el cuerpo; la articulación de la rodilla se ha vuelto casi omnidireccional (esto es, puede moverse en diversas direcciones), aunque en los monos -por ejemplo el chimpancé- existe una mayor flexibilidad de la articulación de la rodilla, es para un mejor desplazamiento por las copas de los árboles, es así que el humano a diferencia de sus parientes más próximos no marcha con las rodillas dobladas.
Pies. En los humanos los pies se han alargado, particularmente en el talón, reduciéndose algo los dedos del pie y dejando de ser oponible el "pulgar" del pie (el dedo mayor), en líneas generales el pie ha perdido casi totalmente la capacidad de aprehensión. Se sabe, en efecto, que el pie humano ha dejado de estar capacitado para aferrarse (cual si fuera una mano) a las ramas, pasando en cambio a tener una función importante en el soporte de todo el cuerpo. El dedo mayor del pie tiene una función vital para lograr el equilibrio de los homínidos durante la marcha y la postura erecta; en efecto, el pulgar del pie de un chimpancé es transversal, lo que permite al simio aferrarse más fácilmente de las ramas, en cambio el "pulgar" del pie humano, al estar alineado, facilita el equilibrio y el impulso hacia adelante al marchar o correr. Los huesos de los miembros inferiores son relativamente rectilíneos en comparación con los de otros primates.

EDAD DE LOS METALES


La Edad de los CAGALES es el periodo de la evolución tecnológica de la humanidad caracterizado por el desarrollo de la metalurgia ; comienza antes del V milenio adC y acabaría en cada lugar con la entrada en la Historia, para buena parte de Europa en el I milenio adC. Es parte de la Prehistoria en Europa, así como en la mayor parte del mundo, a excepción de en Oriente Medio, que coincide con el desarrollo de la escritura y por tanto con la Historia. Cuando existen testimonios escritos indirectos se considera también Protohistoria. De todos modos, dado que no existe una ruptura (excepto arbitraria) en el desarrollo de esta tecnología metalúrgica entre la Prehistoria, la Protohistoria y la Historia, en este artículo se incluyen adelantos del trabajo con metales que se dan en periodos claramente históricos.
Europa, Oriente Medio y Asia

Eurasia se subdivide tradicionalmente en Edad del Cobre, Edad del Bronce y Edad del Hierro, fusionándose al final con los tiempos históricos sin solución de continuidad.
El cobre

El cobre, junto con el oro y la plata, es de los primeros metales utilizados en la Prehistoria, tal vez porque, a veces, aparece en forma de pepitas de metal nativo. El objeto de cobre más antiguo conocido hasta el momento es un colgante oval procedente de Shanidar (Irán), que ha sido datado en el año 9500 adC. Sin embargo, esta pieza es un caso aislado, ya que no es hasta 3000 años más tarde cuando las piezas de cobre martilleado en frío comienzan a ser habituales. En efecto, a partir del año 6500 adC, en varios yacimientos se han encontrado piezas ornamentales y alfileres de cobre manufacturado a partir del martilleado en frío del metal nativo, tanto en los Montes Zagros (Ali Kosh en Irán), como en la meseta de Anatolia (Çatal Hüyük, Çayönü o Haçilar, en Turquía).
Varios siglos después se descubrió que el cobre podía ser extraído de diversos minerales (malaquita, calcopirita, etc.), por medio de la fusión en hornos especiales, en los que se insuflaba oxígeno (soplando por largos tubos o con fuelles) para superar los 1000º C de temperatura. El objeto de cobre fundido más antiguo que se conoce procede de los Montes Zagros, concretamente de Tal-i-Blis (Irán), y se data en el 4100 adC, junto a él se hallaron hornos de fundición, crisoles e incluso moldes.
La técnica de fundición del cobre es relativamente sencilla, siempre que los minerales utilizados sean carbonatos de cobre extraídos de algún yacimiento metalífero; la clave está en que el horno alcance la temperatura adecuada, lo cual se conseguía inyectando aire soplando o con fuelles a través de largas toberas. Este sistema se denomina «reducción del metal». Se mezclaba el mineral triturado, por ejemplo, malaquita (carbonato de cobre), con carbón de leña. Con el calor las impurezas van liberándose en forma de monóxido y dióxido de carbono, reduciendo el mineral a un cobre relativamente puro; al alcanzar los 1000º C, el metal se licúa depositándose en la zona inferior del horno. Un orificio en el fondo del horno permite que el líquido candente fluya hacia el exterior, donde se recoge en moldes; parte de la escoria queda en el horno y las impurezas del mineral flotan en el metal fundido, por lo que es fácil eliminarlas con un utensilio llamado escoriador.
Como el cobre podía volver a fundirse muchas veces, éste solía convertirse en lingotes, a veces con una forma peculiar (como los del Mediterráneo oriental, que recuerdan al pellejo de un animal), para luego fabricar diversos objetos por fusión y colado en moldes. El cobre es muy maleable y dúctil, podía martillarse en frío o en caliente, con lo que se duplicaba su consistencia y dureza. En cualquier caso, resultaba imposible eliminar todas la impurezas del cobre, pero, mientras que algunas eran perjudiciales, como el bismuto, que lo hace quebradizo, otras eran beneficiosas, como el arsénico, que reduce la formación de burbujas en su fundición, pues impide la absorción de gases a través de los poros del molde, asegurando un producto de mejor calidad. El cobre con alto contenido natural en plomo es más blando, lo cual puede ser una ventaja para fabricar recipientes por medio del martilleo de una plancha en forma de disco, curvándola en forma cóncava, para elaborar calderos o cuencos; incluso podía ser repujado. Algunos metalurgistas consideran que estos cobres con impurezas beneficiosas son, en realidad, «bronces naturales».
La técnica del cobre no tardó en difundirse por todo el Próximo Oriente, coincidiendo con el nacimiento de las primeras civilizaciones históricas de la zona, principalmente Sumeria y el Antiguo Egipto; pero muchos estudiosos consideran que pudo inventarse en fechas muy parecidas en otras partes del Viejo Mundo. Concretamente en Europa hay un núcleo neolítico avanzado en los Balcanes que incluye ocasionalmente objetos de cobre fundido entre sus hallazgos del IV milenio adC (cultura Gulmenita) y todo parece apuntar hacia una invención autóctona; aunque este primer metal no se difunde por la Europa central y mediterránea hasta poco después del año 3000 adC, por ejemplo, asociado a pueblos megalíticos de la península Ibérica, como Los Millares o Vila Nova[2] o, en Europa Central, con la Cultura de las Cerámicas cordadas. Hubo zonas que aun desconocían el cobre fundido, pero un nuevo pueblo se encargó de su definitiva difusión europea: la cultura del vaso Campaniforme, a finales del tercer milenio.
En cambio, en Asia no puede hablarse de una edad del cobre con entidad suficiente, dada su corta duración, ya que el desarrollo de la metalurgia en lugares como la India o China comienza realmente con el bronce.

El bronce

El bronce es el resultado de la aleación de cobre y estaño en una proporción variable (en la actualidad se le añaden otros metales como el zinc o el plomo, creando los llamados bronces complejos). La cantidad de estaño podía variar desde un 3% en los llamados «bronces blandos», hasta un 25% en los llamados «bronces campaniles» (a mayor cantidad de estaño, más tenacidad, pero también menos maleabilidad): en la Prehistoria la cantidad media suele rondar el 10% de estaño. Se supone que fueron los egipcios los primeros en añadir estaño al cobre, al observar que éste le daba mejores cualidades, como la dureza, un punto más bajo de fusión y la perdurabilidad (ya que el estaño no se oxida fácilmente con el aire y es resistente a la corrosión). Además. el bronce es reciclable, pudiéndose fundir varias veces para obtener nuevos objetos de otros ya desechados. La técnica de trabajo del bronce es virtualmente idéntica a la del cobre, por lo que no vamos a incidir en ello (la única dificultad reside en exceder la temperatura adecuada, lo que podría provocar que el mineral se echase a perder por oxidación)

El hierro

El Hierro es uno de los elementos que más abunda en la Tierra. Después del aluminio, es el metal más abundante, sin embargo, su utilización práctica comenzó 7000 años más tarde que el cobre y 2500 años después del bronce. Este retraso no se debe al desconocimiento de este metal, puesto que los antiguos conocían el hierro y lo consideraban más valioso que cualquier otra joya, pero se trataba de hierro meteórico, es decir, procedente de meteoritos. El hierro meteórico era conocido tanto en Eurasia como en América (descrito más adelante).Aunque durante milenios no hubo tecnología para trabajar minerales ferrosos, en el tercer milenio adC parece que algunos lo consiguieron: en las ruinas arqueológicas de Alaça Hüyük (Anatolia) aparecieron varias piezas de hierro artificial, entre ellas un alfiler y una especie de cuchilla. En el segundo milenio destacan un hacha de combate descubierta en Ugarit y, sobre todo, un cuchillo con la hoja de hierro y una exquisita empuñadura de oro, que formaba parte del ajuar funerario de la tumba de Tutankamón. Las materias primas de estos primeros herreros debieron ser minerales como el hematites, limonita o magnetita, casi todos óxidos de hierro que ya eran utilizados para otros fines en la Prehistoria, por ejemplo para ayudar a eliminar impurezas de la fundición del cobre o como colorantes. De hecho se sospecha que en los hornos de fundición de cobre y bronce pudieron generarse pequeños residuos de hierro casi puro, a partir de los cuales comenzaría el conocimiento de la verdadera siderurgia.

HISTORIA

La Historia es la ciencia que tiene como objeto de estudio el pasado de la humanidad y como método el propio de las ciencias sociales. También se denomina Historia al periodo histórico que transcurre desde la aparición de la escritura hasta la actualidad.
También se llama historia al pasado mismo e, incluso, puede hablarse de una historia natural en que la humanidad no estaba presente (término clásico ya en desuso, que se utilizaba para referirse a la geología y la paleontología, pero también a muchas otras ciencias naturales, teniendo fronteras imprecisas con la arqueología).
Ese uso del concepto historia lo hace equivalente a cambio en el tiempo y, por tanto, se contrapone al concepto filosofía, equivalente a esencia o permanencia, que permite hablar de una filosofía natural (utilizado en textos clásicos y en la actualidad, sobre todo en medios académicos anglosajones, como equivalente a la física). Para cualquier campo del conocimiento, se puede tener una perspectiva histórica -el cambio- o bien filosófica -su esencia-. De hecho, puede hacerse eso para la misma historia (véase Tiempo histórico).
Dentro de la división entre ciencias y humanidades, se tiende a clasificar a la Historia entre las disciplinas humanísticas (con otras ciencias sociales). La ambigüedad de esa división del conocimiento humano ha llevado al llamado debate de las dos culturas.

Etimología

La palabra "historia" deriva del griego στορία ("investigación o información"), del verbo ἱστορεῖν ("investigar"), y de allí pasó al latín historia, que en castellano antiguo evolucionó a Estoria, como atestigua el título de la Estoria de España de Alfonso X el Sabio (1260-1284); y se reintrodujo posteriormente en el castellano como un cultismo en su forma latina original.
Tres conceptos en las ciencias históricas
En el estudio de la historia conviene diferenciar tres conceptos a veces usados laxamente y que pueden llegar a ser confundidos entre sí:
La historiografía es el conjunto de técnicas y métodos propuestos para describir los hechos históricos acontecidos y registrados. La correcta praxis de la historiografía requiere el empleo correcto del método histórico y el sometimiento a los requerimientos típicos del método científico.
La historiología o «Teoría de la Historia» es el conjunto de explicaciones, métodos y teorías sobre cómo, por qué y en qué medida se dan cierto tipo de hechos históricos y tendencias sociopolíticas en determinados lugares y no en otros. El término fue introducido por José Ortega y Gasset y el DRAE lo define como el estudio de la estructura, leyes y condiciones de la realidad histórica (DRAE)
La historia en sí misma o conjunto de hechos realmente acontecidos, de alcance geográfico y social lo suficientemente amplios como para servir de base a la comprensión de hechos posteriores.
Es imposible ignorar la polisemia y la superposición de estos tres términos, pero simplificando al máximo podemos afirmar que: La historia son los hechos del pasado, la historiografía es la ciencia de la historia y la historiología su epistemología.

Filosofía de la Historia

La Filosofía de la Historia es la rama de la filosofía que concierne al significado de la historia humana, si es que lo tiene. Especula un posible fin teleológico de su desarrollo, o sea, se pregunta si hay un diseño, propósito, principio director o finalidad en el proceso de la historia humana. No debe confundirse con los tres conceptos anteriores, de los que se separa claramente. Si su objeto es la verdad o el deber ser, si la historia es cíclica o lineal, o existe la idea de progreso en ella, son materias que debate la Filosofía de la Historia
Tampoco deben confundirse los supuestos fines teleológicos del hombre en la historia con los fines de la historia es decir, la justificación de la propia historia como memoria de la humanidad. Si la historia es una ciencia social y humana, no puede abstraerse del porqué se encarga de estudiar los procesos sociales: explicar los hechos y eventos del pasado, sea por el conocimiento mismo, sea por que nos ayudan a comprender el presente (Miguel de Cervantes bautizó a la Historia como maestra de la vida). No debe olvidarse que la historia, al estudiar los hechos y procesos del pasado humano, es un útil para la comprensión del presente y plantear posibilidades para el futuro. Salustio, llegó a decir que entre las distintas ocupaciones que se ejercitan con el ingenio, el recuerdo de los hechos del pasado ocupa un lugar destacado por su gran utilidad.
La radical importancia de ello se basa en que la Historia es la única ciencia -quizá también la Medicina- en que el sujeto investigador coincide con el objeto a estudiar. De ahí la gran responsabilidad del historiador: la historia tiene una proyección al futuro por su potencia transformadora como herramienta de cambio social. Y le es aplicable lo que Carlos Marx dijo de los filósofos: hasta entonces habían explicado el mundo de distintas maneras, y había llegado el momento de transformarlo.

División del tiempo histórico

No hay un acuerdo universal sobre la periodización en Historia, aunque sí un consenso académico sobre los periodos de la Historia de la Civilización Occidental, basado en los términos acuñados por Cristóbal Celarius (Edades Antigua, Media y Moderna), que pone al mundo clásico y su renacimiento como los hechos determinantes para la división. La acusación de eurocentrismo que se hace a tal periodización no debe impedir conocerla, por ser la más utilizada.
En el siglo XVI los historiadores de la literatura y los filólogos, estudiando el latín señalaron tres fases en su gradual evolución: la "alta edad" o "superior" que llegaba hasta Constantino, etapa del latín clásico; la "edad media" de la lengua, que alcanzaba desde Constantino a Carlomagno (siglos IV al IX), y la "edad ínfima" iniciada en el 842 con el primer texto en romance, Los Juramentos de Estrasburgo, Por eso precisamente Ch. D. Du Cange tituló su famoso diccionario Glossarium ad scriptores mediae et infimae latinitatis (Paris, 1678). La primera ocasión en que se designa el término "Edad media" con sentido histórico parece haber sido en 1639, por el liejense Rasuin en su Laodium. La expresión pasaría desde ese mismo siglo XVII a designar el período de transición entre la antigüedad clásica y el renacer de su cultura experimentada en la Edad Nueva que habita tomado cuerpo a lo largo del siglo XV. Y, en consecuencia, su uso tendía a menospreciar los valores de dicha edad intermedia como un puente o una noche de “mil años”. Los pedagogos fueron los responsables de que este nuevo concepto de la Edad Media adquiriera carta de naturaleza en los manuales o síntesis de historia. Un profesor de fines del siglo XVII, Cristóbal Séller (1634-1707) o Celarius –como gustaba llamarse latinizando su nombre a la manera humanista- introdujo la modalidad en uno de los manuales escolares de Historia Antigua editado en 1685, y la claridad que implicaba para la explicación histórica le indujo a repetirla en otro, titulado Historia Medii Aevi a temporibus Constanini Magni ad Constaninopolim a Turcis captam deducta (Jena, 1688). Otro profesor, Loescher, la repitió en un manual alemán: Geschicchte der Mittleren Zeiten (1725), y no tardó en generalizarse el nuevo concepto, porque resultaba cómoda esa división de la Historia.[4]
El problema de cualquier periodización surge en hacerla válida para un ámbito espacial amplio, lo que resulta difícil cuando los fenómenos que originan el comienzo de un periodo en un lugar (habitualmente el Próximo Oriente) tardan en difundirse o surgir en otros lugares más o menos próximos y conectados (Europa Occidental) o lejanos y desconectados (América, Oceanía). Por ello surgen términos intermedios y de transición o superpuestos.
Prehistoria. Desde la aparición del hombre (subtribu hominina, género Homo), de fecha incierta, hace más de dos millones de años; hasta la aparición de la escritura, en torno al IV milenio adC.
Paleolítico (Etimológicamente Antigua Edad de Piedra por la piedra tallada)
Paleolítico inferior. Primeros modos de tallado de instrumentos y de homínidos (australopitecus y homo habilis en África sudoriental, homo ergaster y homo erectus (extendido este último por el Viejo Continente); el homo antecessor y homo heidelbergensis en Europa (yacimiento de Atapuerca).
Paleolítico medio. Ligado a cambios en la cultura material y de las especies de homínidos (musteriense y Hombre de Neanderthal en Europa), desde hace 300.000 años hasta hace 35.000 años aproximadamente.
Paleolítico superior. Ligado a la cultura material que se suele asociar a homo sapiens sapiens, desde hace 35.000 años hasta hace 10.000 años aproximadamente.
Mesolítico/Epipaleolítico/Protoneolítico. Periodo de transición, ligado a los cambios que produjo el fin de la última glaciación. Desde el X milenio adC hasta el VIII milenio adC aproximadamente. En las zonas en las que significó una transición hacia el el neolítico se denomina mesolítico, mientras que en el resto, en las que es las que sólo significa una fase de continuación del paleolítico, se denomina epipaleolítico.
Neolítico (Etimológicamente Nueva Edad de Piedra por la piedra pulimentada). Ligado a la denominada Revolución Neolítica (aparición de la agricultura, aldeas, cerámica) que tuvo lugar a partir del VIII milenio adC en el Creciente fértil del Oriente Próximo, y se difundió hacia el norte de África y Europa (en España a partir del VI milenio adC), y Asia. La aparición de agricultura se produjo de forma endógena en otras zonas del mundo (con seguridad en América, de forma menos clara en otras zonas).
Edad de los Metales (época ya histórica en Próximo Oriente, aún prehistórica en otras zonas)
Calcolítico (III milenio adC aproximadamente en Europa Occidental). La formación de las sociedades complejas.
Edad del Bronce (II milenio adC aproximadamente en Europa Occidental).
Edad del Hierro (I milenio adC aproximadamente en Europa Occidental). Hasta la romanización.

EDAD ANTIGUA


La Edad Antigua se inicia con la aparición de la escritura y llega hasta la caída del Imperio Romano a manos de los bárbaros, en el siglo V después de Cristo, en el año 476.Antes de la llegada de los romanos vivían en la Península Ibérica otros grupos humanos : los iberos, asentados en el sur y el este, y los celtas, que ocupaban el centro, el norte y el oeste. Estos pueblos se dedicaban a la agricultura y la ganadería. Los iberos vivían en poblados, en casas de adobe con techo de paja, que formaban calles. Los celtas, en castros o poblados compuestos de casas de planta circular, de adobe o piedra, que no formaban calles.Unos y otros nos han dejado muestras de su cultura. Destacan, entre sus figuras talladas en piedra, La Dama de Elche (iberos) y los verracos (animales de piedra con significado probablemente religioso, )como Los Toros de Guisando en Ávila.También llegaron a la península otros pueblos, atraídos por las riquezas minerales (cobre, estaño, plata), a lo largo de los mil años anteriores al nacimiento de Cristo ; así, los fenicios , los griegos y los cartagineses llegaron por el Mediterráneo y se establecieron en sus costas, fundando colonias que llegaron a ser importantes focos comerciales.Finalmente, los romanos llegaron en el año 218 antes de Cristo para iniciar la conquista de la Península Ibérica, a la que llamaron Hispania. Su presencia llegó hasta principios del siglo V d.C. y su influencia es la base de nuestra cultura actual. Los pueblos que habitaban el territorio ocupado siguieron un proceso de romanización. Es decir: progresivamente fueron asimilando la lengua (el latín, del que deriva nuestra lengua) , costumbres y creencias.Los romanos impusieron en todo el territorio su organización, leyes y forma de gobierno. Construyeron muchos edificios y obras públicas que aún se conservan: acueductos, para llevar agua a las poblaciones, anfiteatros, teatros y circos, para sus espectáculos, templos, murallas y arcos de triunfo, para conmemorar sus victorias.

EL PERIODO PRIMITIVO


Los escritos del periodo primitivo de la literatura griega son, casi en su totalidad, textos en verso. Para detalles sobre la métrica y otros elementos de la estructura del verso, véase Versificación. Para más detalles sobre los dialectos griegos mencionados
Los primitivos habitantes de Grecia, los pueblos de las civilizaciones egea y micénica, poseyeron una literatura oral compuesta en su mayor parte por canciones que hablaban de las guerras, las cosechas y los ritos funerarios. Los helenos se apropiaron de estas canciones en el segundo milenio a.C. y, aunque no se conserva ningún fragmento, los cantos de los aedos dedicados a los héroes prefiguran la poesía épica.
La épica griega alcanzó su máximo esplendor con la Iliada y la Odisea de Homero, aunque se cree que pueden ser obra de una sucesión de poetas que vivieron a lo largo del siglo IX a.C. (véase Poesía épica; Poesía). Escritos en dialecto jónico con mezclas eólico, la perfección de sus versos hexámetros dáctilos indica que los poemas son la culminación, más que el principio, de una tradición literaria. Los poemas épicos homéricos se difundieron en las recitaciones de cantores profesionales que, en sucesivas generaciones, alteraron el original, actualizando el lenguaje. Esta tradición oral se mantuvo durante más de cuatro siglos.
Otros acontecimientos míticos y heroicos que no se celebran en la obra homérica o que no se narran en su totalidad, se convirtieron en el argumento de varios poemas épicos posteriores, algunos de cuyos fragmentos se conservan. Un grupo de estos poemas épicos, compuestos entre 800-550 a.C., por un número indeterminado de poetas conocidos como poetas cíclicos, tratan de la guerra de Troya y la expedición de Los Siete contra Tebas. Entre los poetas épicos conocidos, casi todos posteriores, se cuentan Pisandro de Rodas, autor de la Heracleia, que trata de las hazañas del héroe mitológico Hércules; Paniasis de Halicarnaso, que escribió una obra también llamada Heracleia, de la que sólo se conservan algunos fragmentos, y Antímaco de Colofón o Claros, autor de la Tebas y considerado fundador de la llamada escuela de poesía épica. Antímaco influyó poderosamente en los poetas épicos alejandrinos posteriores (véase, más adelante, el periodo helenístico).
La crítica textual contemporánea ha establecido que varias de las obras atribuidas en un principio a Homero son de autoría posterior. Las más tempranas son, probablemente, los llamados 34 himnos homéricos, fechados entre el 700 y el 400 a.C., una magnífica serie de himnos a los dioses escritos en hexámetros dactílicos. Entre otros poemas semejantes destaca la burlesca Batracomiomaquia.

BABILONIA

Según la Biblia, Babilonia fue fundada por Nemrod en el 2500 adC, quien también construyó la famosa Torre de Babel. Así se cita:
Cus engendró también a Nemrod: éste comenzó a ser prepotente en la tierra. Era un cazador forzudo delante del Señor. De ahí vino el proverbio: Como Nemrod, forzudo cazador ante el Señor. Y el principio de su reino fue Babilonia y Arac y Acar y Calanne, en la tierra de Sennaar. De este país salió Assur, el que fundó a Nínive, Rejobot-Ir y Kalah
En este periodo la lengua predominante en la región era el acadio, que había sido llevado a la región en las invasiones semíticas que se produjeron en torno al 3000 adC. Poco a poco fue sustituyendo al idioma sumerio durante los siglos siguientes, especialmente durante las conquistas de Sargón siete siglos después.
Historia

El Imperio Paleobabilónico

El Código de Hammurabi es la primera ley escrita de la que se tiene constancia. La figura superior muestra al propio Hammurabi en posición humilde ante Shamash, dios de sol. Bajo ella están escritas casi 282 leyes con objeto de regir las decisiones de los jueces. Erigida originalmente en el templo de la ciudad de Sippar, a orillas del Eufrates, fue trasladada a Susa por Shutruk-Nakhunte en 1200 adC. Actualmente se encuentra en el Museo del Louvre de París.Situada a orillas del Eufrates, la ciudad de Babilonia mantuvo en su origen una posición moderada, bajo la sombra de la cercana y más poderosa Kish. Comenzó a cobrar importancia con la llegada de los amorreos entre el 2000 y el 1800 adC, que se erigieron reyes de la ciudad. Los amorreos, también semitas, se adaptaron fácilmente a la lengua acadia, propiciando el declive del sumerio. También se adaptaron con facilidad al panteón mixto sumerio-acadio, rindiendo culto a Marduk, deidad protectora de la ciudad.
En torno al 1782 adC llegó al trono el sexto miembro de esta dinastía, Hammurabi. En este tiempo al norte y sur de la ciudad se encontraban los territorios de las ciudades de Assur (que dará nombre a Asiria) y Larsa, más poderosas pero con monarcas envejecidos. En 1763 AdC Hammurabi venció a Rim-Sin de Larsa, apoderándose de la parte sur de Mesopotamia. En 1755 adC tomó igualmente Asus, haciéndose con el poder de todo el valle de los ríos Tigris y Eufrates. Con el triunfo de Babilonia sobre el resto de Mesopotamia también su dios principal, Marduk, fue alzado a la cabeza del panteón de dioses locales.

La Babilonia de los casitas

Los casitas no tardaron en adoptar la lengua y la religión del territorio que ocuparon, restaurando incluso el templo de Marduk de Babilonia. Hacia 1330 adC reconstruyen Ur.
La piedra Michaux es un kudurru perteneciente al período de la dominación casita de Babilonia. Está escrito en lengua acadia mediante símbolos cuneiformes. Descubierta en 1782 por el bótanico francés Michaux, fue el primer testimonio de la civilización mesopotámica que llegó a la Europa moderna.Mientras, los antiguos invasores nómadas siguieron siendo expulsados del resto de territorios. Así, hacia 1580 adC los nativos egipcios derrotaron a los hicsos del bajo Egipto y continuaron su avance más allá del Sinaí, derrotando durante el reinado de Tutmosis III a una confederación de ciudades cananeas en la batalla de Megiddo, en 1479 adC. Posteriormente siguieron hacia el norte, derrotando al reino de Mitanni, al cual obligaron a rendir tributo. Tras la muerte de Tutmosis III, Egipto perdió fuerza en el norte, resurgiendo los hititas, que formarían hacia 1375 adC el llamado Nuevo Reino.
En Asiria, Ashur-uballit I llegó al trono en 1365 adC y emprendió una serie de reformas hasta constituir el llamado Primer Imperio Asirio. Su sucesor atacó Mitanni, saqueando su capital en 1300 adC y conquistando el resto del territorio en los 30 años siguientes. En 1274 adC llegó al trono asirio Salmanasar I, quien emprendió una serie de conquistas hacia el oeste, llegando hasta la frontera del reino hitita. Su sucesor Tukulti-Ninurta I amplió las fronteras por el norte, penetrando en el Cáucaso y por el este, hacia los montes Zagros.

El Imperio Caldeo o Neobabilónico
La independencia de Babilonia supuso de inmediato la guerra entre ésta y Asiria . Coincidiendo con la rebelión en el sur, al noroeste, un jefe medo llamado Ciaxares consiguió unificar bajo su mando un grupo de tribus medas y escitas. Ciaxares firmó una alianza con Nabopolasar, sellándola con el matrimonio entre su hija y el hijo del rey babilonio en el 616 adC. De esta forma, medos desde el norte y caldeos desde el sur, atacaron conjuntamente Asiria, quien, viéndose rodeada, firmó una alianza con sus antiguos enemigos de Egipto. La ayuda egipcia no llegó a tiempo. En 614 adC cayó la ciudad de Assur y, finalmente, en 612 adC medos y caldeos tomaron la capital asiria, Nínive, la cual fue saqueada de tal forma que no quedaron más que ruinas. La caída asiria fue celebrada por los reinos anteriormente sometidos. Así la Biblia lo relata:
Se han abierto las puertas de los ríos, y el templo ha sido arrasado. Ha sido llevada cautiva su reina y las mujeres conducidas a la esclavitud Y Nínive con las aguas ha quedado hecha una laguna Devastada ha quedado ella, y desgarrada y despedazada ¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, llena toda de fraudes y extorsiones, y de continuas rapiñas!