jueves, 28 de agosto de 2008

PREHISTORIA

El término prehistoria designa el periodo de tiempo transcurrido desde la aparición del primer ser humano hasta la invención de la escritura, hace más de 5.000 años o, según otros autores, la aparición del estado. — Es importante señalar que según las nuevas interpretaciones de la ciencia histórica, la prehistoria es un término carente de real significancia en el sentido que fue entendido por generaciones. Si se considera a la Historia, tomando la definición de Marc Bloch, como el acontecer humano en el tiempo, todo es Historia existiendo el ser humano, y la prehistoria podría, forzadamente, sólo entenderse como el estudio de la vida de los seres antes de la aparición del primer homínido en la tierra— .
Desde el punto de vista cronológico, sus límites están lejos de ser claros, pues ni la aparición del ser humano ni la invención de la escritura tienen lugar al mismo tiempo en todas las zonas del planeta.
Por otra parte, hay quienes defienden una definición de esta fase o, al menos, su separación de la Historia Antigua, en virtud de criterios económicos y sociales en lugar de cronológicos, pues éstos son más particularizadores (es decir, más ideográficos) y aquéllos, más generalizadores y por tanto, más susceptibles de proporcionar una visión científica.
En ese sentido, el fin de la Prehistoria y el inicio de la Historia lo marcaría una estructuración creciente de la sociedad (modificación del hábitat, aglomeración, socialización avanzada, jerarquización, poder administrativo, economía avanzada, moneda, intercambios comerciales —especialmente los de larga distancia—, etc.).

Los principios de la Prehistoria

Ya que el inicio de la Prehistoria lo marca la aparición del ser humano, no es posible aplicar la misma fecha en todo el mundo:
En África es de unos dos millones seiscientos mil años
En el Medio occidente es algo menos de un millón ochocientos mil años,
aproximadamente.
En Asia y en Europa oscila en torno al millón de años de antigüedad
En el resto del mundo estaría por debajo de los 50,000 años de antigüedad.
En África, las primeras etapas de la prehistoria están claramente enraizadas en la paleontología con el estudio de los primeros homínidos, su relación con nuestros parientes los primates antropoides y todos nuestros antepasados comunes. Al período de tiempo anterior a la aparición del hombre se le conoce como historia geológica.
Como acabamos de señalar, convencionalmente se dice que la Historia comienza con la aparición de los documentos escritos, ya que su presencia no sólo es síntoma de un elevado grado evolutivo y organizativo, sino que, además, los documentos aportan información sobre sistemas de pensamiento y superestructuras que la cultura material no puede proporcionar (empezando por la propia familia , las dataciones precisas, categorías conceptuales, sistemas de clasificación empíricos, etc.). Sin embargo, dado que la escritura no aparece en todo el mundo en las mismas fechas, tampoco la Prehistoria finaliza al mismo tiempo. Por otro lado, la escritura ha sido inventada varias veces, pero lo más común es su difusión por aculturación y su adaptación a distintas lenguas. Éstos son sólo algunos ejemplos relevantes:
Mesopotamia es el lugar donde se piensa que nace la escritura por primera vez en el 3350 a. C. (por lo menos hasta que no se esclarezca la naturaleza de algunos signos más tempranos encontrados en China). En principio, se trata de un sistema muy simple de registro o de inventario de bienes con caracteres pictográficos. En poco tiempo, Mesopotamia desarrolló un sistema completo: el sistema de escritura cuneiforme, que mezclaba caracteres pictográficos, ideográficos y fonéticos. Por su prestigio cultural, la escritura cuneiforme en acadio acabó convirtiéndose en una lingua franca en todo Oriente Medio, al menos hasta el segundo milenio adC.
En Egipto la escritura Jeroglífica nace casi al mismo tiempo que en Mesopotamia, aproximadamente en el 3250 a. C. En principio, se trata de una escritura reservada a los sacerdotes; de ahí, su nombre (Jeroglifo significa lengua sagrada). Se componía de signos (dibujos) pictográficos. El número de pictogramas jeroglíficos varía de 700 en los primeros momentos a unos 5.000 al final de su civilización. Sin embargo, los egipcios desarrollaron en el tercer milenio antes de Cristo una escritura cursiva al alcance de todos los funcionarios (los escribas). Era un tipo de escritura llamada hierática que acabó siendo silábica y por tanto más práctica. Lo cierto es que en las últimas dinastías, los egipcios desarrollaron un tercer tipo de escritura aún más simplificado y popular, el demótico.
En China, la escritura nace en torno al año 2000 a. C. con la cultura Shang de la zona norte del imperio. Es de tipo ideográfico y se denomina jiǎgǔwén (甲骨文, “escritura de caparazones y huesos”), pero todo parece indicar que de ella deriva la escritura tradicional china, que ha sido la base escrita de muchos dialectos (algunos de ellos ininteligibles entre sí), por lo que en muchos casos los signos son, en realidad, ideogramas. Actualmente el Chino mandarín estándar cuenta de con más de 4.000 caracteres logográficos.

La Prehistoria en Oriente Medio

Usaremos indistintamente las expresiones “Oriente Medio” y “Oriente Próximo” para designar a la región del Oriente más próxima a Europa, es sinónimo de Asia sudoccidental. En cualquier caso, desde el punto de vista histórico y, más concretamente, prehistórico, el Oriente medio es lo que se llama una Zona Nuclear que irradia continuas innovaciones y cambios y que influyen decisivamente en el desarrollo, no sólo de zonas limítrofes, sino de toda Eurasia.
En el valle del Indo la escritura aparece en la cultura Harappa, hacia el 1900 a. C. Son escritos no descifrados, de modo que se desconoce su naturaleza y sus orígenes.
En el caso de Europa, la civilización minoica es la primera en desarrollar un alfabeto (el Lineal A) aproximadamente en el 1900 a. C., aunque son los colonizadores fenicios y griegos los que marcan el comienzo de la Historia al difundir su alfabeto fonético hasta las columnas de Hércules.los homosapiens eran expertos en la pintura jelogrifica
En América, son los olmecas los primeros en poseer documentos escritos. Concretamente en el periodo llamado Olmeca III: la famosa Estela «C» de Tres Zapotes (México) contiene la fecha equivalente al 3 de septiembre del año 32 dC y la fecha más antigua de Guatemala es exactamente el 6 de diciembre del año 35 dC. De todas, la inscripción más antigua, quizás, podría ser la Estela 2 de Chiapa de Corzo, Chiapas, del 36 a. C.. Sin embargo, se trata de un sistema incompleto, llamado «de Cuenta Larga», que sólo sirve para representar nombres de personas, lugares, símbolos astrológicos y calendáricos. En realidad, son los antiguos mayas los únicos que desarrollan, a partir del siglo III, un sistema completo de escritura a base de signos ideográficos, logográficos y fonéticos.Las culturas andinas, sin embargo, nunca desarrollaron la escritura tal como la entendemos; pero, al menos, existe una posible inscripción de principios de nuestra era en la «Puerta del Sol» de Tiwanaku (Bolivia), que aún no ha sido descifrada. En cualquier caso, tenían una rica tradición literaria oral y un sistema de registro por medio de cuerdas anudadas llamadas Quipu (que, en quechua significa nudo). El Quipu consistía en una cuerda principal de la que salían cuerdas secundarias, cada una de las cuales registraba un asunto concreto. Los tipos de nudos y los intervalos indicaban cifras y datos. Por ejemplo, los incas basaban su administración territorial en el Quipu de modo que los líderes de cada comarca recibían el nombre de capullaamucos.

La Prehistoria en América

La Edad de Piedra es mucho más tardía sin que todavía se haya averiguado exactamente cuándo comienza. La teoría más aceptada es que el poblamiento humano de América se produjo desde Siberia a través de Estrecho de Bering: algunos datos apuntan a un poblamiento muy temprano, al menos desde hace unos 50.000 años. Otros creen, en cambio, que sólo hay pruebas para afirmar que los seres humanos llegaron hace unos 14.000 años o poco más. En cualquier caso, el aislamiento de América respecto a otros continentes fue casi absoluto (aunque se sabe que hubo varias migraciones a los largo de la Prehistoria), lo que justifica que no se emplee la periodización tradicional, sino otra específica adecuada a la realidad arqueológica de este gran continente. En 1958, los arqueólogos Gordon Willey y Philip Phillips propusieron las siguientes etapas:

Periodo Lítico o Paleoindio

Podría equipararse al Paleolítico Superior europeo, comprende desde la llegada de los primeros americanos (con una fecha variable, según el paradigma teórico defendido) hasta el comienzo del Holoceno. Dentro de este periodo hay dos fases:
Fase de cazadores-recolectores indiferenciados: caracterizado por una industria lítica arcaizante (cantos tallados, lascas musteroides, bifaces); los restos son muy escasos pero pueden ponerse ejemplos datados por encima de los 30 000 años de antigüedad en todo el continente, desde Topper (en Estados Unidos) hasta Pedra Furada (en Brasil), pasando por Tlapacoya (en México) o Monte Verde II (en Chile).
Fase de las Puntas de proyectil: Estaríamos ante una cultura de tecnología lítica muy avanzada y con una economía basada en la caza de piezas de mediano y gran tamaño. Aparece hace unos 13 000 años y se caracteriza por diversos tipos de puntas de lanza foliáceas finamente elaboradas, las más famosas son las de la cultura Clovis (Nuevo México), aunque, por supuesto, hay muchas más. A destacar, por situación geográfica, la Cueva Fell (en Tierra del Fuego, Chile), cuyas puntas, llamadas de «cola de pescado», se datan en el 7000 a. C.

Periodo Arcaico

Al terminar la última glaciación, se produciría la transición a la agricultura del maíz a partir de la recolección intensiva de vegetales. También aparecen los primeros poblados estables y numerosas culturas que viven de la explotación intensiva de recursos del mar, cuyos restos más típicos son los concheros, grandes montones de desperdicios de conchas de moluscos. Esta transición fue más intensa en México y en el centro-norte de los Andes (las dos zonas nucleares fundamentales de América). Concretamente en los Andes sobresale la cultura de Caral (Perú), con una fecha inicial superior al 2600 a.C.

Dos vistas del sitio de Caral (Perú)

Sería el equivalente a la Protohistoria europea, pero más dilatada; inmediatamente después de esta fase aparecen las primeras formas de escritura y las grandes civilizaciones clásicas como la de los Mayas o los Moche. Evidentemente, destaca por novedades como la agricultura, la ganadería, la cerámica... Entre los 4000 a. C. y el comienzo de nuestra Era. También se produce la aparición de las primeras sociedades jerarquizadas con formas de gobierno relativamente complejas; de hecho, hay grandes civilizaciones como la de los Olmecas en Mesoamérica y la Cultura Chavín en Sudamérica, que llegan a dominar extensos territorios y a construir importantes centros urbanos en torno a santuarios dedicados al Dios Jaguar. Otras culturas reseñables son las de los Anasazi y sus similares (Arizona), así como los constructores de Montículos de Norteamérica.

Amerindio Hupa

En América, la utilización de cobre nativo se remonta hacia el 900 a. C.; poco después comienza una metalurgia auténtica, basada en cobre y, sobre todo, oro y plata. El bronce no aparece hasta poco antes del año 900. El hierro no se conoció hasta la llegada de los europeos. Arriba se explica que con las fases finales de los olmecas, al comenzar nuestra era, nace la escritura en Mesoamérica estamos, pues, entrando ya en la Historia.
No obstante, amplias zonas americanas siguen siendo habitadas por pueblos semisedentarios, cazadores recolectores que, generalmente, conocen la cerámica, la ganadería y la agricultura de subsistencia. A veces, estas comunidades primitivas han sabido convivir con las civilizaciones agro-alfareras y resistir a la colonización. A pesar que de fueron, y son, arrinconados, discriminados y maltratados, han logrado subsistir, incluso han evolucionado, no sólo por influencias externas, sino también motu proprio. Sus culturas son tesoros a conservar, sin contar con que, en tanto que personas, les protegen los derechos humanos; podrían ser consideradas pueblos protohistóricos o primitivos. Por otra parte, la mayoría de ellos eran sedentarios o semisedentarios antes de la invasión del hombre blanco, pero la colonización y sus desastrosas consecuencias, provocaron una fuerte degeneración cultural y obligaron a muchos de ellos a volver al nomadismo, para escapar de las persecuciones. Otras veces, los pueblos sin hogar, desplazados por los colonos, tenían conflictos con otros indígenas a quienes tenían que disputarles el territorio, disputas que, a menudo eran alimentadas por el Hombre Blanco o que se mezclaban con las guerras que éste provocaba.
No obstante, no todo es oscuridad, a menudo, los colonizadores europeos, o sus descendientes criollos, se interesaron honrada y desinteresadamente en los indígenas, describiendo sus culturas como marginales, y en situación de decadencia; pero fue su presencia la que provocó esa marginalidad, la degradación de su modo de vida y el empobrecimiento de sus tradiciones, de manera que no estaban viendo sino una sombra de lo que fueron.

Prehistoria de América

Es innegable que Europa, durante toda su Prehistoria, fue tributaria de los avances de África y Oriente Medio. Si exceptuamos la cultura Musteriense y quizá la Auriñaciense junto con el desarrollo del Arte paleolítico; además de la Cultura megalítica o la Cultura del vaso Campaniforme, todos los progresos registrados en esta fase de la Historia europea son importaciones foráneas. Esta afirmación podría considerarse excesivamente difusionista, pero sólo la aparición de la cultura clásica grecorromana pone a Europa a la altura de las grandes civilizaciones de otros continentes.

La Edad de Piedra europea

La Edad de la piedra europea sigue dividiéndose en tres etapas, siguiendo las propuestas de John Lubbock en 1865 que separó el Paleolítico y el Neolítico. A éstas se unió el Mesolítico, gracias al descubrimiento del Tardenoisiense por Gabriel de Mortillet etre 1885 y 1897. Más tarde las tres edades de la piedra fueron precisadas y enriquecidas por las propuestas del abate Breuil en 1932. Desde entonces, aunque se hayan cambiado los cuadros de referencia y muchos conceptos erróneos, la división apenas ha sufrido alteraciones relevantes.
Paleolítico, la primera fase, o Edad Antigua de la Piedra: Es el periodo más antiguo y largo de la historia europea; comenzaría hace aproximadamente un millón de años con la llegada de los primeros humanos (bien Homo ergaster, bien Homo antecessor). Durante el Paleolítico europeo se suceden, después, otros tipos: Homo heidelbergensis, Homo neanderthalensis y Homo sapiens sapiens; este último vino a través de otra migración provocando la extinción de los neandertales hace 50.000 años. Paralelamente a la evolución humana se produce una evolución cultural: durante el Paleolítico Inferior la cultura dominante en Europa es el Achelense; en el Paleolítico Medio tenemos el Musteriense (propia del hombre de Neandertal), quizá el Châtelperroniense sea un epígono de este tipo humano. Con la llegada del hombre moderno se suceden una serie de culturas como el Auriñaciense, el Gravetiense, el Solutrense y el Magdaleniense. Otros elementos importantes para comprender el Paleolítico son las continuas oscilaciones climáticas llamadas glaciaciones, el predominio de la economía cazadora recolectora y la aparición del Arte al mismo tiempo que llega el hombre moderno.
Epipaleolítico/Mesolitítico, la fase intermedia o Edad Media de la Piedra: se refiere al periodo que transcurre desde la retirada del último glaciar (hace unos 12.000 años), hasta la llegada del Neolítico (hace unos 5.000 años). Actualmente se discrimina entre culturas epipaleolíticas (aquellas que mantienen el modo de vida propio del Paleolítico, sin cambios sustanciales, como ocurre con el Aziliense, por ejemplo), de las denominadas culturas mesolíticas (aquéllas que muestran una tendencia a evolucionar hacia la sedentarización y otros rasgos propios de lo que luego será el Neolítico, tal es el caso del Tardenoisiense).

El Neolítico en Europa

Neolítico, la última fase o Edad Moderna de la piedra: el Neolítico llega a Europa desde el Próximo oriente a través de los Balcanes y la cuenca Mediterránea en el sexto milenio aunque hay constancia, ya en el VII milenio a. C. de culturas neolíticas (o protoneolíticas) sin cerámica y sin hachas pulimentadas en la zona de los Balcanes: se trata de pueblos con una agricultura rudimentaria, itinerante; ganadería, caza, pesca y recolección, y numerosas pervivencias epipaleolíticas (hábitats en cuevas, utillaje, etc.). En Chipre, la zona griega y los Balcanes es donde aparece el primer neolítico europeo, muy influido por el anatólico. Aunque los primeros poblados sedentarios son muy pequeños, pronto de desarrolla una cultura con yacimientos como Sesklo o Nea Nikomedia, ambos sobre elevaciones del terreno, con murallas y bastiones y, en su interior, construcciones rectangulares con un vestíbulo de acceso. En la cultura material destaca la cerámica pintada y las figurillas femeninas. En el Mediterráneo occidental se sospecha la existencia de una fase precerámica fundamentalmente ganadera y aferrada a los hábitats en cueva, la primera gran civilización panmediterránea plenamente neolítica es la de Cerámicas impresas Cardiales (verde claro en el mapa). Probablemente un pueblo de pescadores identificable por sus típicas cerámicas decoradas con impresiones de conchas de berberecho (Cardiidae) que aparecen tanto en la orilla africana como en la europea, desde Dalmacia a la península Ibérica. En el quinto milenio otra oleada neolitizadora penetra en Europa a través del Danubio, se caracteriza por la llamada Cerámica de bandas (pardo claro en el mapa), y su influencia se extiende desde lo que hoy es Hungría hasta los actuales Países Bajos. La cerámica de bandas está decorada en frisos superpuestos con motivos diversos, destacando los meandros, las volutas y las formas angulosas. Esta cultura habita en poblados fortificados, algunos de gran tamaño (hasta 40 hectáreas).
El caso es que, antes del año 4000 a. C. toda Europa está neolitizada; es entonces cuando se produce un cambio fundamental en las culturas europeas: aparece simultáneamente en varias regiones atlánticas (desde Portugal a Dinamarca) la civilización de los constructores de megalitos. Esta cultura sobrepasa los límites de la Edad de la Piedra ya que se perdura durante el Calcolítico (en una fase que se ha denominado Neo-Eneolítico, por la dificultad de establecer una división clara). El fenómeno megalítico evoluciona hasta el 2500 a. C., ya que, como hemos dicho, perdura durante la edad de los metales, sobre todo en las islas Británicas) llegando, al final de su existencia a construir los monumentos más impresionantes (vg. Stonehenge). Los constructores de megalitos vivían en poblados fortificados situados en lugares de fácil defensa (como colinas) lo que revela las contradicciones internas de este gran horizonte cultural.
Un monumento megalítico es una construcción formada por piedras gigantescas (de varias toneladas), de ahí su nombre: megas: gigante y, lithos: piedra. Hay cuatro clases de monumentos megalíticos:
Menhir: es una gran piedra puesta de pie que marcaría un lugar sagrado.
Alineamiento: es un conjunto de menhires puestos en fila.
Crómlech: es un conjunto de menhires puestos en círculo. Se supone que el
alineamiento y el crómlech eran
templos al aire libre

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