jueves, 28 de agosto de 2008

LOS GERMANOS

Durante el gobierno de Augusto los romanos tomaron conciencia de la existencia de los germanos, un mundo amplio y peligroso. Acuñaron un termino para denominarlos de alguna forma.

¿Quienes eran los germanos?



Poseidonio los llamó germanos por primera vez en el siglo I a.C., aunque Cesar ya había popularizado el término en sus Comentarios a la Guerra de las Galias.
¿Sin embargo, quiénes eran esos germanos? Posiblemente el término agrupaba a una serie de tribus semicélticas que estaban asentadas en la orilla izquierda del Rin, los germani cisrhenani. Hay que anotar que los germanos nunca se denominaron a sí mismos con un nombre genérico, en momentos posteriores (aporx. en el siglo VIII), los germanos continentales se dieron el nombre poco significativo de Deutche, traducido de forma literal como "la gente del pueblo", usada, posiblemente para diferenciar los elementos germanos y romanos que formaban el Imperio Carolíngio.
Aunque los romanos chocaron de forma violenta con el mundo germano, éstos fueron conocidos ya en la Antigüedad Clásica, hay referencias de ellos en la obra de Piteas de Marsella, siglo IV a.C.
Las migraciones de bastarnos y esquiros hacia el Mar Negro se produjeron entorno al siglo III a.C., los cimbrios y teutones se desplazaron hacia Noriga, Galia, Italia y España hacia el 113-101 a.C. Aunque hasta las campañas de Cesar y Augusto no existió una visión de conjunto.
Después de unos cien años de escaramuzas, y guerras mas serias, los romanos se atrevieron a intentar una sistematización de estos pueblos. Escribieron sobre ellos Estrabón, 18 a.C., Plinio el Viejo, posiblemente antes del 79 d.C., Tácito en su obra Germania, en el 98 d.C. y Ptolomeo en el 150 de nuestra era.
Los autores clásicos propusieron varias clasificaciones:
La de Plinio, muy topográfica, los dividió en cinco grupos:
· vandili (burgundiones, varini, charini y gutones)
· ingvaeones (cimbri, teutones y chauci)
· isthaeones (un pueblo, posiblemente los sicambrios)
· hermiones (suebi, hermunduri, chatti y cherusci)
· peucini o basternae.
La de Tácito es una división mítica: los germanos descendían de Mannus (hombre) y de sus tres hijos de los cuales descendían ingaevones, herminomes y istaevones.
Aunque el cuadro que se acepta generalmente procede de una división lingüística de comienzos del siglo XIX:
· dialectos nórdicos: escandinavo antiguo y lenguas modernas que surgieron de él
· dialectos ósticos: gótico, burgundio, vándalo, rugio, bastarno, todos ellos desaparecidos
· dialectos wésticos, los que faltan, francos, alamanes, bábaros, lombardos, anglos, sajones, frisones, alemán holandés e inglés moderno.

PRIMEROS ASENTAMIENTOS


Encontrar el origen de sus primeros asentamientos es una tarea utópica, se les puede identificar fácilmente a finales de la Edad de Bronce desde un núcleo central en Escandinavia meridional, y desde este punto se detecta una migración hasta la costa este de el Oder y el Wester.
Desde los valles de estos ríos se extienden por la gran llanura europea, hacia el año 1000 a.C. se encuentran desde el Ems hasta la Pomerania central, en el 800 a.C. están sólidamente asentados en Wesfalia en el oeste y cerca de el Vistula en el este. Durante el 500 están en el curso inferior de el Rin, Turingia y baja Silesia.
Esta extensión es muy discutible, una de las pocas certezas que se tienen en que entre el siglo VII y el siglo V a.C., en la etapa de florecimiento de la cultura de La Tene, su avance hacia el sur fue frenado por pueblos célticos, pero el muro céltico se derrumbo en los últimos años del siglo I a.C.
Los germanos llegaron al Mediterráneo por primera vez por el este, los bastarnos, avanzaron por el oeste, los cimbrios y teutones, tomaron la ruta central.
La expansión romana les frenó, en el oeste con la conquista de las Galias en el 58-51 a.C. y e el sur con la organización de las provincias de Nórica y Recia 16-15 a.C. Roma limitó su asentamiento a una serie de espacios poco definidos entre el Báltico y el Mar Negro.
Los germanos volvieron a moverse ya en el siglo III a.C., las causas de estos desplazamientos suelen explicarse por medio de una serie de causas simples, tales como un descenso de las temperaturas que produjo un cambio climático en Escandinavia y en el Báltico, aunque este motivo no tuvo que ser la causa principal de la migración.
Las investigaciones arqueológicas no certifican la existencia de un crecimiento que llevara a la superpoblación. Las explicaciones sociológicas apuntan a la consolidación de creencias como la queste o el ver sacrum, que obligaban a los jóvenes de cada generación a buscar fortuna fuera de sus espacios natales, mediante el uso de las armas, aunque no se puede testificar por ninguna fuente que esta institución existiera en estos momentos iniciales de la migración. Quizá el motivo fuera más informal, el deseo de aventura, por ahora se ignora la causa.
Por motivos desconocidos comienza la primera oleada protagonizada por pueblos poco conocidos con muchas influencias célticas y que se mueven muy libremente por Europa.
Bastarnos y cimbrios son los primeros germanos que migran y establecen la dirección de los desplazamientos germanos avanzan hacia el sudeste, desde Escandinavia a la costa meridional del Báltico, de allí se dirigen hacia Ucrania y a las estepas. Después de los bastarnos, los godos siguen esa ruta, y posteriormente la utilizan vándalos y burgundios.
Los cimbrios con Ariovisto en el 58 a.C. penetran en Europa central aprovechando la decadencia de los pueblos célticos y la sumisión de los galos a los romanos. Se establece el límite sur de los pueblos germanos en el curso de el Danubio hasta la cuenca de Panonia. A este movimiento le sucede un largo periodo de calma hasta el gobierno de Marco Aurelio.
Los pueblos germanos o germánicos fueron una etnia de origen indoeuropeo que pertenecía al grupo de las tribus que ocupaban la región ubicada al norte del Imperio Romano, conocida como Germania. Las tribus germánicas más conocidas son los godos, los francos, los burgundios, los vándalos y los suevos. A pesar de constituir tribus separadas, los germanos poseían características muy similares.
Origen de la denominación
Como los romanos los consideraban formidables guerreros, es probable que su denominación provenga del término germánico heer-mann, hombre de guerra, que también dio origen a los actuales nombres propios Hernán y Germán. Puede también provenir de Hermann, el caudillo germano que masacró las legiones de Varo en la batalla del bosque de Teutoburgo. Esta derrota caló hondo en el orgullo de los romanos, ya que debieron replegarse a la ribera izquierda del Rin, frontera que perduró hasta la desintegración del Imperio Romano.


El comienzo de las invasiones
Entre los años 235 y 285, Roma estuvo sumida en un periodo de caos y guerras civiles. Esto debilitó las fronteras, y los germanos, en busca de nuevas tierras, se desplazaron hasta la frontera norte del Imperio. Los emperadores de la época permitieron el ingreso de los germanos bajo dos condiciones: debían actuar como colonos y trabajar las tierras, además de ejercer como vigilantes de frontera. Sin embargo, la paz se acabó cuando Atila, el rey de los hunos, comenzó a hostigar a los germanos, que invadieron el Imperio. Luego de la retirada de los hunos, las tribus bárbaras se establecieron en el interior del Imperio: los francos y burgundios tomaron la Galia, los suevos, vándalos y visigodos se asentaron en Hispania, los hérulos tomaron la península Itálica tras derrotar y destituir al último emperador romano, Rómulo Augústulo. Posteriormente, los hérulos se enfrentarían a los ostrogodos, saliendo estos últimos victoriosos y tomando el control de toda la península.
Los reinos germánicos
Los distintos pueblos germánicos se asentaron en diferentes zonas del antiguo Imperio Romano de Occidente, fundando reinos en los que los germanos pretendieron inicialmente segregarse como una élite social separada de la mayoría de la población local. Con el tiempo, los más estables de entre ellos (visigodos y francos) consiguieron la fusión de las dos comunidades en los aspectos religioso, legislativo y social.
La diferencia cultural y de grado de civilización entre los pueblos germánicos y el Imperio romano era muy notable, y su contacto produjo la asimilación por los germanos de muchas de las costumbres e instituciones romanas, mientras que otras propias de sus antiguas tradiciones e instituciones se conservaron, formando así la cultura que se desarrolló en la Europa medieval y que es la base de la actual civilización occidental.

Características comunes

Todos los pueblos germánicos se regían por una monarquía electiva. El rey o jefe de la tribu era elegido por una asamblea de guerreros, que además administraban la justicia, pactaban la paz o declaraban la guerra. No poseían un código legislativo, por lo que se regían por el derecho consuetudinario.
La organización en cuanto al poder era bastante simple. La clase de los visigodos, que tenían acceso a los puestos de mando (asamblea de guerreros, mandos militares) y podían ser nombrados reyes de su tribu. Los hombres libres, quienes formaban parte del ejército, practicaban la caza y otras actividades cotidianas. Los esclavos, quienes debían trabajar las tierras y obedecer a un amo; sin embargo, recibían un trato más o menos similar al de un hombre libre, al contrario de culturas como la griega y la romana.

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